Fortaleza De La Hermandad

La fortaleza de la hermandad.
Están sentadas en la banca roja de la cafetería es una mañana soleada. Frente a mis ojos se encuentran estas 3 hermanas que han sobrellevado, con esfuerzo, el divorcio de sus padres. Elizabeth de 20 años, con mirada desafiante y un tanto arisca, da un sorbo a la taza de humeante café entre sus manos, Ana de 15 años está inmersa en su celular, navegando en las redessociales, es muy distraída, Paula de 8 años, sorbe una malteada de fresa mientras mira por la ventana. “He tenido que hacerles ver que no fue su culpa que nuestros padres se separaran, aunque de igual manera me costó trabajo entenderlo” empieza Elizabeth “Ahora estamos bien, pero estamos consciente de que nuestros padres no volverán a estar juntos, que se separaron por el bien de la familia,porque mamá y papá ya no se querían” menciona Ana.

Paula parece estar en otra atmósfera, después de 3 años ha aceptado que no fue su culpa “El día que mamá se fue, derramé la leche al desayunar, se enojó mucho pero no pensé que por eso se iría. Pensé que era mi culpa por haber derramado la leche pero ahora entiendo que no es así”
Fue una noche de diciembre del 2009 que su madre Eva se fue de lacasa, “Recuerdo muy bien esa noche, la revivo todos los días” dijo Elizabeth, “¿Quieres escucharla?” interrumpió de manera firme Ana, Paula sigue sorbiendo su malteada, acto seguido Elizabeth comenzó a relatar.
“Papá estaba con Ana y Paula haciendo las tareas escolares. Era una noche peculiarmente tranquila, mamá aun no había llegado pero es algo que ya es bastante ordinario, algo a lo que yaestamos acostumbrados. Recuerdo fingir hacer mi tarea, mientras hojeaba mi libro. De repente escuchamos el sonido de las llantas del automóvil de mamá raspar la superficie del garaje con la música a todo volumen. Ha llegado.” Comienza a relatar Elizabeth, mirando a sus hermanas. “Paula corrió hacia ella. Levanté la vista y murmuré un -Hola madre. Paula retrocede al ver a mamá entrar a la casa,seguida de un penetrante olor a alcohol. El rostro de Paula reflejaba confusión, mientras que Ana trataba de ocultar su enojo. La conozco, conozco esa mirada, las pupilas de mama estaban dilatadas, como perdidas. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, mientras incesantemente apreté la mandíbula. Bebió nuevamente. Mamá observo a papá con desprecio, mientras papá trató de evitar cualquier cruce de palabras.Recuerdo que mamá descuelga el teléfono.

—Buenas noches ¿Habrá la posibilidad de que en este momento realicen la mudanza? ¡Me largo de esta condenada casa en este mismo instante! —

Miré al techo y pido valor, mucho valor. Papá se levantó de su asiento y tomó un vaso con agua, comencé a guardar mis cosas en la vieja mochila.
Mi madre me dijo:

—Elizabeth, quiero que tu…—  su mente sefue — ¡Quiero que tú te vayas conmigo! — 
Tomé mi mochila y subí a mi habitación. Puse mi disco favorito en la grabadora y dejé de pensar”

Karina le tomó la mano a su hermana pequeña mientras Elizabeth seguía relatando su historia.

“Me concentre en la música mientras observaba el espejo roto que colgaba en mi habitación. Recuerdo haber pensado en lo parecida que soy a mi madre y que no podíallorar. Caminaba de una pared a otra en el reducido espacio de mi habitación, lleno de basura que mamá pensaba algún día sería útil para algo. Caminaba y caminaba, tratando de buscar la solución a esa huida fatídica, mientras escuchaba el sonido del camión de mudanza al llegar, escuche a los trabajadores entrar. Mi andar se volvía cada vez más frenético, ¿Qué haríamos ahora que mamá se fuera? Mishermanas son mi vida y no podía pensar que esto les hiciera daño ¿Por qué se iba mamá? ¿Por qué nos dejaba así? Me trague las ganas de romperme, las ganas de llorar, las ganas de grita,, de correr , de escapar ¡Maldita sea!”
Los ojos se le llenan de lágrimas al recordar ese episodio tan doloroso en vida, suspira y continúa contando. “Continué escuchando como los empleados de la mudanza...