Fragmento

Dormía si, precisamente eso, pero algún ruido hizo que mi cuerpo diera un giro, sentí ese fuerte abismo, donde sabía que mi alma se desplomaba. ¡Caí!, mis ojos lograronabrirse y nuevamente me encuentro en aquel centro de rehabilitación.
En aquellos tiempos, cuando solo tenía 13 años de edad, la felicidad de mi alma solo duro 120 díasy 16 horas; mi madre sufría de cardiomiopatía congestiva, ese ser de cabello tinturado, con raíces negras, de estatura parecida a 1.67cm; robusta y regia, era la queconsentía a aquel ser que criticaban con mucha admiración. Murió una tarde, esperando el café que todas las tardes le llevaba. Mi alma se desplomaba poco a poco, seastillaba como un obrero escavando una mina. La razón era inexplicable, se suponía que estaba bien unos días antes. Ahora sí que quede completamente sola, ella era mi felicidad.Recuerdo perfectamente una tarde de Julio cuando corríamos agarradas de la mano en la playa, la arena inundando mis dedos, sintiendo cada granito; la brisa pasaba, ysolo gritaba en alto quien me había criado; porque ese putrefacto ser, ¡ese! el que había aportado el espermatozoide, aquel que llegaba dándole golpes a las paredes, yhablando cosas sin sentido, era el que ocasionaba todos los daños. Una noche llego hablando faena, subía las escaleras poco, a poco y me llamaba, los gritos desaforados meaturdían, me mostraba la bufanda amarilla, solo para hacerme enloquecer, mis ganas fueron insaciables, y mi mano no pudo controlarse, lo tire de las escaleras, quedoperfectamente reluciente, y desfigurado…
Por eso me encuentro aquí, sufro del síndrome de asperger, pero fui feliz, y fue lo importante de mi libertad…
AR; 21-08-13