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Ponencia presentada en el Congreso Internacional de Educación, Investigación y Formación
Docente. Medellín: Facultad de Educación, Universidad de Antioquia, agosto 30, 31 y
septiembre 1 de 2006.
MAMÁ, ¿Y QUIÉN CREÓ EL MUNDO?
LOS COMPLEJOS DILEMAS DE EDUCAR DESDE LA DIVERSIDAD CULTURAL
Zayda Sierra1
Una pequeña historia para comenzar la reflexión
Voy a comenzar por compartirles unapequeña historia personal, en un esfuerzo por
explorar otras formas de acercarnos a la comprensión de nuestras realidades y problemáticas,
en particular aquellas que tienen que ver con la complejidad de la vida cotidiana, tan
subestimada por la supremacía que le hemos dado al informe académico, frío y distante,
supuestamente de mayor profundidad mientras menos referentes tenga con nuestrocontexto
local o inmediato. La historia que quiero contarles es la siguiente:
Hace veinte años, mi hija entraba con gran alegría y curiosidad a su primer grado
escolar. Tenía 6 años, unos inmensos ojos negros abiertos al conocimiento y un
profundo interés por aprender la maravillosa magia de la lectura y la escritura. Un día,
no pasado mucho tiempo de su entrada triunfal al mundo escolar, alregresar a la casa,
la noté contraída y desencajada. Se quedó clavada en el umbral de la puerta y con una
mirada desafiante, controlando el llanto, me increpó: “¡Dime la verdad mami, dime la
verdad! ¿Si fue o no Dios el que creó el mundo?” Me quedé en suspenso... ¿Por qué la
pregunta? ¿Por qué su malestar? Nos quedamos unos minutos así, mirándonos cara a
cara mientras en mi pensamiento buscabaafanosamente qué responder.
Lo que posiblemente fuese una respuesta sencilla en el seno de cualquier familia
colombiana, no lo era en la mía. Quiero recordarles que, a mediados de los ochenta, era
un sueño muy distante que se aprobara en una reforma constitucional la libertad de
creencias2. Para una familia colombiana que profesase una religión distinta a la católica
o no profesase religiónalguna, esto es, fuese atea como era nuestro caso, las opciones
educativas no eran muchas, considerando que la mayoría de los colegios privados, el
40% de la oferta, eran (todavía lo son) confesionales y los dos o tres colegios laicos
eran económicamente inalcanzables. Por otro lado, la educación pública dejaba mucho
que desear (jornada escolar reducida, condiciones deplorables de las aulas,ausencia
de zonas verdes, carencia de materiales didácticos y un sesgo religioso bastante fuerte
por todavía estar vigente el concordato entre el Estado y la Iglesia Católica). Por nuestro
pensamiento de izquierda y vivir en un país que históricamente se ha caracterizado por
censurar y reprimir a quienes divergen de las ideas dominantes, ¿dónde
encontraríamos un sitio para que nuestra hijapudiera expresar sus ideas con libertad?
Pensábamos que lo mejor era matricularla en una escuela oficial, pues se nos ocurría
1 Doctora en psicología educativa con énfasis en estudios de la excepcionalidad y la creatividad de la
Universidad de Georgia (EU), mediante obtención de beca Fulbright. Profesora titular y coordinadora del
Grupo de Investigación Diverser de la Universidad de Antioquia.Correo-electrónico:
sierrazayda@yahoo.com.
2 Se estableció cinco años después. Constitución Política de la República de Colombia de 1991, artículos
13, 18 y 19.

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que al menos, por su derecho a la educación, no la podrían echar alegando
incompatibilidad con las creencias o no creencias de su mamá y su papá . El problema
era, ¿en cuál escuela?
Por fortuna nuestra decisión se facilitó,cuando fui invitada, por mi interés en el teatro
infantil, a conocer una experiencia pedagógica en una escuela pública localizada en el
centro de la ciudad, que tenía un programa especial para los padres y las madres pues
éstos eran invitados a reflexionar sobre la educación de sus hijas e hijos a través de
improvisaciones dramáticas. Quien dirigía esta experiencia sui géneris y fascinante...