Funsion Glicogénica Del Hígado

El descubrimiento de la función glicogénica del hígado

Primer ejemplo. En 1843, emprendí en uno de mis primeros trabajos, el estudio de lo que sucede con las diferentes sustancias alimenticias en la nutrición. Como he dicho, comencé por el azúcar, que es una sustancia definida y más fácil de reconocer y perseguir en la economía, que todas las demás. Con este objeto, inyecté soluciones deazúcar de caña en la sangre de los animales, y comprobé que esta azúcar, aún a débiles dosis, pasaba a la orina. Reconocí enseguida, que el jugo gástrico, modificándola o transformándola, la hacía asimilable, es decir destruible en la sangre.

Luego quise saber en qué órgano desaparecía el azúcar de los alimentos y admití, por hipótesis, que podría destruirse en el pulmón o en los capilaresgenerales.

En efecto, la teoría reinante entonces y que naturalmente debía ser mi punto de partida, admitía que el azúcar que existe en los animales, proviene exclusivamente de los alimentos, y que se destruye en el organismo por fenómenos de combustión, esto es, de respiración; esto es lo que hizo dar al azúcar el nombre de alimento respiratorio.

Pero inmediatamente fui llevado a ver que la teoríasobre el origen del azúcar en los animales, que me servía de punto de partida, era falsa. En efecto, a consecuencia de experiencia que indicaré después, fui llevado, no a encontrar el órgano destructor del azúcar, sino al contrario, a descubrir un órgano formador de esta sustancia, y encontré que la sangre de todos los animales contiene azúcar aun cuando no la coman. Comprobé pues con esto un hechonuevo, imprevisto por la teoría y que no había sido notado, sin duda porque se estaba bajo el imperio de ideas teóricas opuestas, a las cuales se había acordado demasiada confianza. Entonces abandoné al punto todas mis hipótesis sobre la destrucción del azúcar, para seguir este resultado inesperado que ha sido después el origen fecundo de una nueva vía de investigación y de una mina dedescubrimientos, que está muy lejos de haberse agotado.

En estas investigaciones me conduje según los principios del método experimental que hemos establecido, es decir, que en presencia de un hecho nuevo bien demostrado y en contradicción con una teoría, en lugar de guardar ésta y abandonar aquél, guardé el hecho que había estudiado y dejé la teoría, conformándome al precepto indicado en el segundocapítulo: Cuando el hecho que se encuentra está en oposición con una teoría reinante, es preciso aceptar el hecho y abandonar la teoría, aún cuando ésta, sostenida por grandes nombres, esté generalmente adoptada.

Es necesario pues, como lo hemos dicho, distinguir los principios, de las teorías, y no creer jamás en éstas de una manera absoluta. Aquí teníamos una teoría según la cual se admitía quesólo el reino vegetal tenía el poder de crear los principios inmediatos que el reino animal debe destruir. Según esta teoría, establecida y sostenida por los químicos contemporáneos más ilustres, los animales eran incapaces de producir azúcar en su organismo. Si hubiera creído en la teoría de una manera absoluta, habría debido concluir que la experiencia debía ser tachada de error, y acasoexperimentadores menos desconfiados que yo, habrían pronunciado inmediatamente sentencia de condenación, y no se habrían detenido por más tiempo sobre una observación que teóricamente podría ser acusada de entrañar causas de errores, puesto que mostraba azúcar en la sangre de los animales sometidos a una alimentación de desprovista de materiales almidonosas o azucaradas. Pero en lugar de preocuparme de lavalidez de la teoría, no me preocupé más que del hecho cuya realidad trataba de establecer bien. Así fui conducido por nuevas experiencias y por medio de contrapruebas convenientes, a confirmar mi primera observación y a encontrar que el hígado era un órgano en el cual el azúcar animal se forma en ciertas circunstancias dadas, para esparcirse enseguida por toda la masa de sangre y en los...