gata sobre teulada de zinc calenta













“GATA SOBRE TEULADA DE ZINC CALENTA”
de Àlex Rigola.






El “Teatre Lliure de Gràcia”, después de más de 3 años de obras, llevadas a cabo por el arquitecto Francesc Guàrdia, reabrió sus puertas el día 30 de Septiembre, con “Gata sobre teulada de zinc calenta” de Tennessee Williams, con la adaptación y dirección de Àlex Rigola, información difundida por todos losmedios de comunicación. A continuación me dispongo a explicar mi propia experiencia.

Me dirijo hacia el número 47 de la calle Montseny y a pocos metros de la puerta tengo la suerte de encontrarme con el director del Teatre Lliure y también de la obra. El encuentro es fugaz, faltan pocos minutos para el inicio de la actuación, nos saludamos y aprovecho la ocasión para darle las gracias por lahora y media que estoy apunto de disfrutar, lo sé de antemano. Su trabajo ni defrauda, ni deja indiferente, tiene esa capacidad especial para encantar a los espectadores, embarcándonos en su ficción, creada para cada ocasión y devolviéndonos después con esa sensación de tele-transportación. Lo consigue siempre rodeándose de un gran equipo técnico, que le acompaña desde sus comienzos.

Una vezdentro del edificio, desde el mostrador, mientras recojo la entrada, me resulta imposible resistirme a la seducción que provoca la escalera, obra de uno de los patronos del inicial “Teatre Lliure”, el artista Frederic Amat, la menciona como la “Pluja de Sang”, suscitando la sensación de una celebración dionisíaca, ha comentado en algún momento. También vienen a mi mente, palabras del alma del “TeatreLliure”, Fabià Puigserver, leídas estos días en prensa: “Cuando el público entra en un teatro ha de ser consciente de que lo hace en un lugar de ensueño, celebración y revelación. En ese tránsito ha de limpiar su cotidianeidad”. Me calzo sus palabras y hago entrada en la recién estrenada sala.

Tengo la suerte de poseer una de las mejores coordenadas dentro de la sala polivalente, en la fila 1,el asiento 7, eso hace que mi apreciación del espectáculo sea especial, nada ni nadie se interpone entre el escenario y mi persona. Desde el minuto cero, Joan Carreras (Nixon-Frost, Rock’n’Roll, 2666) interpretando el personaje de Brick, con aspecto autodestructivo, acompañado al piano por Raffel Plana, con el instrumento apestado de botellas. Brick va vestido con albornoz, pierna escayoladahasta la rodilla y ataviado con una muleta, canta desde su más profunda amargura: “What do you say? What do you talk?”, sorbo a sorbo va consumiendo el vaso de licor. Sin dejar de escuchar su voz y las notas del piano, conmovida en mi butaca, hago un seguimiento visual de la escenografía, obra de Max Glaenzel (Nixon-Frost, Rock’n’Roll, 2666), construcción de la escenografía por parte del taller deJordi Castells (Olimpiadas 1992). La tarima soporta una capa de tierra árida, sembrada de algodón en flor, que me transporta a un terreno sureño, toda esta plantación mimetiza con las paredes de la escena, en el centro los muros de la finca, provista con cuatro aberturas, como en el teatro Olímpico de Andrea Palladio en Vicenza, me permite prolongar la vista y hacerme a la idea de las magnitudes dellatifundio. El decorador ha empleado un tono de madera castaño oscuro, bien podrían ser traviesas de ferrocarril, coronando la escena un rótulo de neón azul: “WHY IS IT SO HARD TO TALK?”. Ya no puedo borrar el mensaje de mi mente. Sigo investigando, en el extremo izquierdo una cama de matrimonio, vestida de blanco, en la cabecera un alegórico árbol seco, infértil, muerto. En el extremo opuesto, ungran orificio iluminado acompañará la interpretación.

Aparece Maggie, interpretada por la actriz Chantal Aimée (Nixon-Frost, Rock’n’Roll, 2666), desde ese instante, con la fuerza de un personaje interesado y vulnerable, con una actuación impecable, los protagonistas de una relación torturadora, llenos de rabia y rencor, nos sacuden con los principales asuntos de la obra: el desamor, la...