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Desde el principio de los tiempos es posible evidenciar el abandono de creencias, o de conjuntos de costumbres, por llamarlas así, para comenzar con la apropiación de otras nuevas, que muchasveces, son el resultado de la refinación de las antiguas. Es así como surgieron multitud de adelantos que fueron capaces de transformar el devenir de la humanidad, y de llevarnos, una y otra vez, a unnuevo ordenamiento éstas mismas. Es así, como desde el descubrimiento del fuego, o la invención de la escritura, pasando por la fundación del Sacro Imperio Romano Germánico, o las expansionescolonialistas europeas, nos encontramos aquí, con todo el conjunto de costumbres actuales que le son muy familiares a todo el mundo, y quién sabe por cuánto tiempo más.
Sin embargo, y aunque pareciera quecada uno de éstos cambios no hace más que llevar los conocimientos anteriores a un, por decirlo así, hiperdesarrollo, que en campos como el de la ciencia y la tecnología, aparentemente no demuestranmás que algo necesario, y son de utilidad para generaciones venideras, hoy en día (y tal como Benjamin explica que pasó en el siglo XIX) nos encontramos en un tiempo donde la novedad del acontecimientorenovador del cambio ya nos es tan familiar que, al parecer, ha perdido todo vestigio de frescura. Estamos anticipándonos continuamente a ordenes nuevos, mediante el desarrollo de costumbres, deconocimentos, de tecnologías, que atentan al fin de la vida útil de las que consideramos actuales. Y es así como, por ejemplo, tenemos las largas filas de personas que esperan fuera de los centroscomerciales para gastar su dinero en un nuevo teléfono celular que no se diferenciaría en ningún aspecto a su antecesor si no fuera por un pequeño avance en la resolución de su cámara (por dar unejemplo), y que en no menos de un año será reemplazado por otro, con otros nuevos pequeños avances, el cual, nuevamente, moverá a la gente afuera de los centros comerciales, y así el ciclo podría seguir...