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“Nunca retes al diablo.

Hace algún tiempo, ya varios años en una noche de verano de un mes de Agosto existió un grupo de jóvenes del COBAO que decidieron ir a acampar al bosque en busca de pasarlabien ya que faltaban tan solo unos días para el regreso a clases y después de eso todos se separarían. Eran la clase de jóvenes de siempre, amigos desde pequeños y compañeros para todo. Llegaron a unbosque con un rio cercano en el que estuvieron nadando toda la tarde. Después de la cena y de un largo día repleto de emociones y aventuras, se reunieron en torno al fuego siguiendo la costumbre deacabar la jornada con un buen rato de charla.

Recién habían bajado al pueblo y traído unas bolsas de hielo, refrescos y alcohol, con los que tenían planeado alegrar la velada. Tras un largo rato deconversación muy animada y muchas bromas, sin saber cómo, terminaron contando historias de miedo. Esas historias tontas, pensadas para asustar a los niños y absurdas siempre. O al menos así lesparecieron en aquél momento.

La noche invitaba al misterio. Con una luna llena, el cielo se mostraba totalmente estrellado. Una suave y fresca brisa hacía que las llamas de la hoguera se movieran comoqueriendo ascender. Más allá de los escasos metros que iluminaban la fogata, dominaba la oscuridad entre los árboles y arbustos. Se veían las tiendas de campaña y apenas las primeras líneas de árbolesque estaban a un lado de ellos. Uno de los jóvenes llamémoslo Enrique, ya muy borracho, comenzó a hablar de la vida y de la muerte. Del premio del cielo y el castigo del infierno.

La muerte... ¡quélejana palabra para los que piensan que tienen toda la vida por delante! Exclamo otro joven de nombre Tomas.

En ese momento todos se tornaron serios y la charla pasó a ser áspera, cuando Enriquecomenzó a hablar del Diablo y el desprecio que sentía hacia él, por lo que él consideraba el invento religioso más rentable y estúpido de todos los tiempos. El explicaba que el Demonio no era más que...