Ghfh

HANIGALBAT

Por: Ayrampo Pinget Fasani
E-mail: Ayrampo@ono.com
Tipo: Relato de Ciencia-Ficción
Fecha: 1999
Difusión: INÉDITA


1. INICIOS


Silencio. Nada de luz, nada de sonido, ningún pensamiento, ningún sentimiento. Nada. Solo el vacío de la muerte, o mejor dicho, de los que aun no han nacido, de los que aun no han empezado a existir. Un cuerpo sin mente. Una mente vacía.Sumido en una oscuridad sin forma, en las sombras de la inconsciencia total, Hanigalbat espera.

Enrique Zabaleta se detuvo con cierto resquemor de impaciencia ante la sólida puerta de madera. El pasillo estaba vacío y no había ningún lugar donde sentarse, aunque hubiese estado de humor para hacerlo. En esos momentos tenia asuntos mucho más serios en mente. Todas esas esperas, vueltas y revueltasburocráticas resultaban exasperantes, no podía evitarlo. ¿Que motivos tendría Alveniz para llamarle? ¿Mas tramites que superar? Estaba seguro de que estaba detrás de esa puerta, pero dudó unos instantes antes de golpearla pidiendo permiso para entrar. Tenia que pasar algo, pues de lo contrario no se habría molestado en llamarle. Era curioso-- pensó-- que la puerta del despacho de uno de losprincipales laboratorios de investigación europeos en robótica careciese de un sistema de reconocimiento automático. Probablemente era porque había tantos controles y cámaras en las entradas y por los pasillos que no se consideraba necesario. Nadie podía llegar hasta allí sin ser registrado prácticamente en todas las longitudes de honda hasta la saciedad, o por lo menos esa era la conclusión a la quehabía llegado.
Un almanaque de papel, a la antigua usanza, colgaba junto a la puerta. Era un viernes, día 12 de marzo del 2021. Estaban en el laboratorio de investigaciones robóticas de Bilbao, el mas importante de España y uno de los más importantes de toda Europa, situada cerca del pueblo de Sangroiz, a esas alturas prácticamente un barrio periférico de Bilbao. Los terrenos del laboratorioestaban justo al sur del curso del río Asua.
Y allí estaba él, Enrique Zabaleta Uriarte, un investigador aun bastante joven y alto, con el mentón cuidadosamente rasurado, una cara bastante alargada y un pelo corto. Pero su cargo más importante, en realidad el único que tenia, era el de jefe del proyecto Hanigalbat. Un proyecto que de tener éxito, abriría de par en par las puertas a una nueva era de larobótica. O por lo menos eso esperaba.
En fin, no tenia sentido esperar plantado allí como un estúpido. Llamó a la puerta golpeando con los nudillos,
-- Entre-- fue la respuesta que recibió del otro lado. El así lo hizo encontrándose con un hombre de unos 40 años, bastante gordo, una calvicie incipiente en su corto cabello castaño, una gran papada y ojos pequeños que le miraban tranquilamentedesde el otro lado de su maciza mesa de despacho. Un viejo mueble de madera bastante aparatoso, pensó Enrique. No era la primera vez que estaba allí. En realidad hacia tiempo que había perdido la cuenta de cuantas veces se había encontrado en una situación parecida en ese mismo lugar.
-- Siéntese.-- le invitó Garcia Alveniz, señalándole la silla vacía frente a la mesa. El así lo hizo antes depreguntar:
-- ¿Cuál es el motivo de su llamada? ¿Alguna otra queja sobre el gasto del liquido superconductor?.
-- No, ya no habrá mas quejas. A partir de ahora tiene vía libre. Acabamos de recibir la ultima remesa de la subvención para el pago del Ertaz. Ya teníamos todo el material pero como sin duda recordará aun teníamos pendiente parte del pago, y en caso de retrasarse mas podríamos habernosencontrado con un litigio por medio. Ahora por suerte podremos realizar los pagos pendientes sin problemas. Eso significa que tienes vía libre para iniciar el proyecto Hanigalbat sin mas preámbulos. Por eso le he hecho venir. Tengo entendido que ese ciempiés mecánico ya esta casi listo.
-- Ya esta listo.-- corrigió Enrique-- Acabamos de terminar de introducir los tres litros de Ertaz, sellado el...