Hace cuarenta a os
Tuve la satisfacción de asistir a la I Conferencia General del EpiscopadoLatinoamericano como Arzobispo de Lima. Fue una de mis primeras acciones como Arzobispo de la Ciudad de los Reyes, pues había sido recientemente nombrado para la sede limeña por el Papa Pío XII enmayo de aquel año de 1955.
Con la perspectiva que nos dan las cuatro décadas transcurridas desde esas fructíferas jornadas eclesiales debemos decir que fue un acontecimiento de la mayor trascendenciapara la vida de la Iglesia en Latinoamérica.Río fue un primer paso de muchos más que han seguido luego y que encuentran su explicación plena desde dicha Conferencia General. Fue un primer paso que yatraía los primeros aires de renovación que más tarde desarrollaría el Concilio Vaticano II. Se trataron entonces aspectos muy importantes de la vida de la Iglesia, como por ejemplo la escasez desacerdotes, la necesidad de la instrucción catequética, e incluso el compromiso social.
Por ello creo que no es exagerado afirmar que se trató de una Conferencia de carácter fundante para los tiemposactuales del Pueblo de Dios en América Latina. Medellín, Puebla y Santo Domingo no se entienden plenamente sin la referencia a Río.
Haciendo un poco de historia
La I Conferencia General se llevó a caboinmediatamente después de un gran Congreso Eucarístico Internacional celebrado en la misma ciudad de Río de Janeiro. Este Congreso, al que también asistí, duró del 17 al 25 de julio de 1955. Hay que...
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