Hanna Arendt Y La Banalidad Del Mal

Páginas: 18 (4411 palabras) Publicado: 28 de septiembre de 2012
Hanna Arendt y La banalidad del Mal
Dr. Nelson Campos Villalobos
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El caso Eichmann impactó a la joven periodista en aquel ya lejano 1963. Hanna Arendt tenía la misión de informar sobre el juicio público al ex oficial nazi que había sido llevado desde su escondite en Argentina, donde usaba el nombre de Ricardo Klement,hasta el tribunal en Israel que lo acusaba de atroces crímenes de guerra. Eichmann era culpable de haber conducido, como un eficiente gerente, la llamada solución final, el holocausto judío de Hitler, con el resultado de millones de judíos asesinados.
No vale adentrarse en las tortuosidades de un juicio a todas luces parcial, pues al igual que los crímenes juzgados en Nurenberg, el acusadoestaba en desventaja frente a sus acusadores. Pero no es mi intención discutir esa parte, ni menos el defender o justificar a un criminal, sino referirme a lo que ocurrió en el alma de Hanna Arendt, quien se enfrentó al mal en una personificación que no era habitual. Creyó ver en quien había hecho tanto daño a su pueblo un monstruo, pero se encontró con una persona que se veía tan normal comocualquiera de la sala. No estaba el mal personificado en la figura del anciano Eichmann, sino en lo que parecía banal, es decir, trivial, común, insustancial: el mal visto como un acto burocrático, aparentemente anodino y habitual.
De todas maneras, Hanna siempre estuvo convencida en que Israel había ejecutado legítimamente a Eichmann. Simón Wiesenthal, el gran cazador de nazis, tuvo la misma percepción.En su libro "Los asesinos entre nosotros" habla de su impresión sobre Eichmann en las sesiones del juicio donde también estaba Hanna: “Vi a Adolf Eichmann por primera vez el día de la inauguración de su juicio en la Audiencia de Jerusalén. Durante casi dieciséis años estuve pensando en él prácticamente cada día y cada noche, de modo que en mi mente había forjado la imagen de un demoníacosuperhombre. Pero en vez de ello vi a un individuo frágil, mediocre, indefinible y gastado, en una celda de cristal entre dos policías israelitas que tenían un aspecto más interesante y más lleno de color que él. Todo en Eichmann parecía dibujado a carbón: el rostro grisáceo, la cabeza calva, las ropas. No había nada demoníaco en él, sino que por el contrario tenía el aspecto del contable que temepedir un aumento de sueldo. Algo parecía completamente insólito y no dejé dé pensar qué podría ser mientras el incomprensible recuento del sumario («el asesino de seis millones de hombres, mujeres y niños») era leído en voz alta. De repente comprendí lo que era: en mi imaginación había yo visto siempre al obersttsrmbannführer de la SS Eichmann como arbitro supremo de vidas y muertes, y el Eichmannque veía ahora, no llevaba el uniforme de terror y asesinato de la SS. Vestido con un barato traje oscuro, parecía una figura de cartón, vacía. Posteriormente dije al Primer Procurador Hausner que Eichmann hubiera debido vestir aquel uniforme que reconstituyera la identidad real y la verdadera imagen de Eichmann que los testigos recordaban. Estos también parecían un poco desconcertados por elgastado individuo del banquillo acristalado.”

El mal, traducido como el daño intencional, consciente, convertido en actos malos en contra de personas que sufren física y mentalmente por las acciones en su contra, existía realmente. Millones de judíos perecieron por las acciones políticas y abusivas que provenían de personas en su mayor parte inteligentes, educadas y aparentemente sanas. Una frase deEichmann, rescatada en el juicio y que habría pronunciado ante unos amigos es esta cínica aseveración: «Un centenar de muertos es una catástrofe. Cinco millones de muertos es estadística». Eichmann en su propia defensa alegaba su obligación del fiel Pflichterfullung militar (sentido del deber). Hasta citó a Kant en el juicio. ¿Por qué citar a este filósofo en el tribunal? Porque Kant enseñaba...
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