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La alarma sonó demasiado pronto a la mañana siguiente. Entre combatir pesadillas sobre Nanna y recuerdos de Tristan, no había dormido mucho. Gimiendo, di una palmada al botón para apagar el reloj. Ugh, es hora de prepararse para las encantadoras prácticas antes de la escuela.La idea me hizo congelarme. ¿Tristan estaría allí? Llamé a la señora Daniels para dejarle saber que volvería a lapráctica hoy. Debí preguntar si Tristan estaría allí, también. Seguramente no estaría. Sus padres lo mantendrían lo más lejos posible de mí. Tal vez tendría extra suerte e incluso le habían sacado de la clase de historia que compartimos todos los días, también.Traté de relajarme cuando me preparé para la escuela. Consideré preparar en el microondas un plato de avena en un débil intento de recrear lacocina de Nanna, pero un vistazo a la sucia ratonera que era la habitación y cambié de opinión.Los vampiros no podían comer comida regular, así que a papá probablemente no se le ocurriría renovarla durante un tiempo. No hubo ninguna manera para poder tragar nada de esa desagradable mazmorra cubierta de telarañas hasta que la limpie. Además, conociendo mi suerte últimamente, si tratara de usar elhorno microondas que había, probablemente terminaría iniciando un incendio en una casa con antiguo cableado.Debía decirle a papá que me iba. Pero, ¿dónde estaba? Seguí el sonido de martillazos hasta la sala de estar, entonces mis pies patinaron hasta detenerse. Mi padre tenía la cabeza pegada en el interior de la chimenea, todo su cuerpo tragado dentro de su oscuridad cavernosa. Las nubes de hollínformándose con cada golpe de sus herramientas.¿Llevaba… pantalones vaqueros? Nunca lo había visto ninguna vez con nada más que un traje.—¿Uh, papá?Salió de la chimenea. —Buenos días, Savannah. ¿Has dormido bien?Si claro, como un bebé.—Ah, sí, muy bien. Um, ¿estás trabajando en la chimenea?—Sí. Sólo necesita un poco de limpieza para eliminar los nidos en el interior. Después, debería funcionarbien.Tuve una visión repentina de él tratando de iniciar un incendio y volando la casa. Me encogí.—¿No deberías contratar a un profesional?—Estoy más que calificado para servir como deshollinador, Savannah.Tal vez tenía un punto. Era bastante mayor y probablemente había existido cuando se inventaron las chimeneas.—Me tengo que ir. Práctica de animadoras. —Miré el reloj—. Voy a llegar tarde si no memuevo.Asintió con la cabeza.—¿A qué hora llegarás a casa esta noche?—No lo sé. Tenemos más práctica después de la escuela.Sus oscuras cejas se dispararon, escondiéndose bajo el pelo negro ondulado que había tirado fuera de su habitual preciso estilo de peinado sobre la frente.—¿No sabes a qué hora termina la práctica después de la escuela?Su tono sonaba sospechoso o acusador, no pude averiguar porqué. Me quedé mirándolo. El hombre no había tenido casi ninguna participación en mi vida durante años. Ahora que había decidido tener el control, me asusté porque me había visto obligada a vivir con él.—Savannah, no soy tu lánguida madre o abuela. Voy a necesitar conocer tu horario diario con los momentos precisos en los que esperar que estés en casa todos los días.¿Lánguida? ¿Alguien siquierautiliza esa palabra? Y además, mi madre y mi abuela me habían criado bien. El hecho de que cometí un error que causó un gran lío…Bien. Vi su punto.—Por lo general, sé a qué hora terminará la práctica. Pero ahora mismo las animadoras están recibiendo el visto para nuestro Show de Primavera anual en una semana. Así que vamos a estar practicando cada mañana antes de comenzar la escuela a las 6:45 am y denuevo después de la escuela hasta por lo menos las siete u ocho en punto. Nunca sé cuándo acabarán las prácticas de la tarde exactamente, porque depende de que cada grupo de chicas decida irse y tengo que quedarme hasta que la última persona salga para que pueda encerrar el edificio. Así que eso es realmente lo mejor que puedo darte. ¿Quieres que llame cuando termine la práctica cada día?—Sí,...