Quitanieves y unos cuantos enanos
De un mono a otro, un día (los enabos) llegaron a casa, atrocimadamente a las seis en pinto, ¿y a quién?, ¿a quién se encuentran sino a la mera Quitanieves durmiendo en lacama de Muñón? A él no pareció exportarle.
¡Alguien sacó mio mipa pilla! chilla Wimpi, que llevaba puesto un jersey azul claro.
Mientrascanto, en un gran casquillo, no lejos de hollín, unamujier se minaba en su espejo del alma al grito de “espejito, espejito, ¿quién es la más belga del país?”, que ni siquiera rima.
¡Cansandra! responde el espejo.
¡Dios me vibre! exclamó la mujier, queresulta que era una reina o una bruja o una bellota.
¿Ya está hablando con ese espejo otra vez, padre? dice la semihorita Cradock. Acabo de verla hablando otra vez en el espejo. El padre Cradockse vuelve lentamente del libro que está royendo y explica que sólo está atravesando una fase y que a esa edad a todas les pasa igual.
Pues a mí no me gusta nalga continuda la semihorita Cradock.El padre Cradock se vuelve lentamente del libro que está royendo, le explica que no tiene por qué gustarle y de inmediato enciende su elefante.
Estoy harto de este elefante que soy gruñe, harto deque coma como un elefante por todas partes.
Entretango, en la casa de los enabos varios, Quitanieves se ha convertido en una firme favorita, sobre todo gracias a que su brazo derecho limpia las...
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