La exposición se desarrolla cronológicamente mostrando sucesos importantes de la historia de nuestro país. La verdad es que en una primera instancia cuando iba a la exposición, me sentía un tanto obligado a verla, por lo que estaba predispuesto a que fuera, a mi gusto, un completo fracaso, pero para mi sorpresa al ir avanzando por los salones que contienen las 200 fotografías, me fui sintiendo cada vez más a gusto con la muestra. La historia contada a través de la fotografía tiene una característica particular y es que se puede considerar completamente objetiva, siendo imágenes reales tomadas por personas comunes que relatan distintos aspectos de la historia del país. Esto es crucial para comprender el objetivo de la exposición, pues lo que busca es provocar, a través de esta aparente objetividad, una serie de sentimientos que brotan de cada persona, diferentes de acuerdo a cómo la misma conoce o ha vivido la historia del país y la suya propia, por lo que se puede afirmar que la exposición muestra historias distintas para cada persona que la visite. Esto es precisamente lo que me fue encantando, las primeras fotografías de la exposición fueron casi simplemente informativas, pues es obviamente un periodo de la historia que no viví, pero a medida que fui avanzando en los años, llegando al periodo desde 1990 en adelante, las fotografías comenzaron a tomar vida, haciéndome revivir pasajes de mi vida que, de manera inmediata me conmovieron, y no solo a mi propia historia, sino muchas imágenes que estaban en mi subconsciente adquiridas desde las historias de mis padres y abuelos.
Muchas fotografías me impresionaron mucho, como la de la construcción de la torre ENTEL, el funeral del presidente Aguirre Cerda, pues cuando la vi me dí cuenta que nunca he ...
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