Historia de las RRLL

BLOQUE I.- EL DESPERTAR DE LA LEGISLACIÓN LABORAL (1873-1917)

1.1. SOCIEDAD INDUSTRIAL, CUESTIÓN SOCIAL Y LEYES LABORALES
La legislación laboral española —que, una vez dotada de sistema y principios peculiares, desembocará en la formación de un Derecho obrero, social o del trabajo— hace su aparición en las postrimerías de nuestro sobresaltado siglo XIX; un siglo éste que se abre con laguerra popular contra la invasión napo­leónica y concluye con la liquidación del imperio colonial español, y en el que se suceden, sobre el telón de fondo de una economía atrasada, industrializada tardíamente y dominada por el capital extranjero, los innumerables «males de la patria» de que hablan los contemporáneos: revoluciones, motines y pronunciamientos, magnicidios, guerras carlistas ycantonales, y tantos otros episodios nacionales que dan cortejo a la Monarquía española en su decadencia.
El siglo XIX, que es también el siglo del constitucionalismo (limitado todavía al reconocimiento de los derechos individua­les) y de la codificación, deja atrás la sociedad estamental del Antiguo Régimen, clausura el sistema de mayorazgos y seño­ríos y pone fin al proteccionismo productivo ygremial, abriendo las puertas de la sociedad industrial, basada en el ideario indi­vidualista, en la libertad de producción, comercio y trabajo, y en el sistema de clases sociales, dentro del que cobra creciente pujanza la clase obrera o proletariado.
Las condiciones de vida y trabajo de los proletarios, tantas veces descritas por literatos e historiadores, se caracterizan por sudeshumanización. No es fortuito que los contemporáneos aludan a los obreros, marcando su extrañamiento del resto de la sociedad, como «muchedumbre» o «masa»; términos poco apreciativos que se revelan heredados de los de «vulgo» o «miserables» de siglos anteriores. Las condiciones de trabajo se fijan, según el dogma liberal, por el puro consentimiento de patronos y obreros; de hecho, sin embargo, y ante lainhibición del Estado, son impuestas unilateralmente por los fabricantes, que muy tempranamente conocen los beneficios de la asocia­ción. Se sigue de ello el establecimiento de jornadas agotado­ras, ínfimos salarios, pésimas condiciones de higiene y seguri­dad en el trabajo, falta de medidas de previsión social, abuso del trabajo de menores y mujeres...; situación agravada por la desaparición de losantiguos auxilios de las cofradías gremiales y la reducción de la obra de beneficencia de la Iglesia a causa de la política desamortizadora.
Los problemas de la clase obrera se plantean en diversos frentes —como cuestión política, como cuestión cívica y como cuestión social-laboral—, respecto de los cuales se propone una diversidad de remedios, congruente con otras tantas opciones ideológicas.
Deun lado, el proletariado vive en un aislamiento político propiciado por el sistema electoral censitario, para el cual el «gobierno de las aristocracias legítimas» debe prevalecer sobre la «soberanía del pueblo», mera «dictadura que viene de abajo» (Donoso Cortés, La Ley Electoral..., 1835; Lecciones de Derecho Político, 1836-1837); no sólo el pensamiento ultra­montano, sino también el liberalconservador recela de las «cla­ses ignorantes», y teme verlas «impías, indisciplinadas y legis­ladoras al tiempo», de acuerdo con las palabras pronunciadas por Cánovas del Castillo en el Congreso, el 8 de marzo de 1869. Ciertamente, el siglo conoce desde sus comienzos iniciativas de gran trascendencia en orden a la inserción del proletariado en la sociedad política: la Constitución de 1812 proclama eldogma de la soberanía nacional, tan querido por el partido progresista, y la Constitución de 1869 reconoce el sufragio universal, uno de los ejes del ideario del partido democrático.
Hasta entrada la segunda mitad del siglo, éste conoce el despliegue de una serie de reivindicaciones populares, atinentes más a las condiciones de vida que a las de trabajo, y dirigidas a la supresión de los...