Hobo With A Shotgun (Jason Eisener, 2011)
Páginas: 5 (1055 palabras)
Publicado: 2 de diciembre de 2012
Hobo with a Shotgun (Jason Eisener, 2011)
Cuando en 2007 se estrenó la sesión doble de Grindhouse, por obra y gracia de Tarantino y Rodríguez, alguien tuvo la feliz idea de organizar un concurso en Canadá donde la chavalería participara facturando sus propios trailers falsos. El premio: incluir el trailer ganador en las proyecciones de Planet Terror y Death Proof junto a los fantásticos clipsfacturados por Eli Roth, Rob Zombie y Edgar Wright. En España la idea fue estrenar Grindhouse en dos sesiones distintas, cobrando dos veces y sin trailers (que no vienen ni en los dvds). Muchas gracias.
El ganador del concurso fue el cortometrajista Jason Eisener, quien ya había dado muestras de su gusto por la serie B y la exploitation en su mediometraje debut The Teeth Beneath, una tonteríaamateur filmada junto a sus amigos skaters con referencias directas a Lucio Fulci, Fabio Frizzi y Sam Raimi.
Unos años después, y tras un corto más o menos popular como fue Treevenge (donde se confirman sus referentes, homenajeando de nuevo a Fulci y a Holocausto Caníbal) Eisener consiguió financiación suficiente para convertir su trailer en una película auténtica, de un modo similar a lo quehizo Rodríguez con Machete. El sueño de un pajero criado en los pasillos de un videoclub en definitiva: construir tu propio exploit frankensteriano.
De este modo, en Hobo with a Shotgun se amalgaman todo tipo de referencias trash partiendo de una base configurada en los exploits de los 70 (entendidos como un estilo en sí mismo) y las escaramuzas justicieras de la Cannon en los 80 para cocinarsedespués, previo filtrado vía Troma de los 90 y los videojuegos de 16 y 32 bits.
Sería muy simplón citar aquí, como ya hacen otros, a las películas de Charles Bronson como influencia inequívoca de Hobo, por mucho que en Death Wish 3 hubiera bandas de punks sembrando el pánico en las calles. El explosivo debut del joven canadiense tiene más de videojuegos beat´em ups como Streets of Rage o FinalFight que de Yo soy la justicia. Empezando por su saturadísimo color (heredero tanto de los arcades como de la escuela del fantástico italiano) y terminando por sus personajes completamente grotescos y irreales.
En cualquier caso, y he ahí uno de los logros de la película, semejante mezcolanza no se ha quedado en un torpe puñado de homenajes y plagios dignos del freak menos avezado (cosa que síha pasado en algunas producciones de género made in spain) sino que ha conseguido tener la suficiente personalidad como para lograr entidad propia.
Ambientada en un lugar similar a la Anti-Tromaville, en un tiempo indeterminado de evocaciones ochenteras (lo analógico prima sobre lo digital), una especie de pasado distópico no muy distinto a como muchos niños de los 80 debían imaginar losgrandes suburbios americanos, se nos cuenta la historia de un castigado vagabundo que sueña con labrarse un modesto porvenir para escapar de la miseria que le rodea. Interpretado por un desprejuiciado Rutger Hauer (que sabe mucho de justicieros y personajes nómadas) el pobre “hobo” terminará con sus quebrados huesos en la Hope Town, la ciudad de la esperanza, rebautizada en una pintada callejera comoScum Town, ciudad de la escoria. Un lugar diezmado por la corrupción política y policial cuyas calles están tomadas por bandas callejeras que delinquen a placer ante la indefensión, y la cobardía, de los ciudadanos de a pie(1). Nuestro sufrido protagonista será conducido a los límites de la cordura a base de palizas y abusos hasta que decide tomarse la justicia por su mano y acabar con toda lacorrupción urbana a golpe de cañonazos en lo que será una auténtica orgía de sangre y tripas.
Gracias a estos y otros momentos completamente hilarantes, la audiencia del Syfy respondió de forma entusiasta, siendo posiblemente el film mejor recibido de toda la muestra. Recibió un apoyo unánime por parte de la audiencia, demostrando que no hay nada como un film de tono ligero y gamberro para...
Cuando en 2007 se estrenó la sesión doble de Grindhouse, por obra y gracia de Tarantino y Rodríguez, alguien tuvo la feliz idea de organizar un concurso en Canadá donde la chavalería participara facturando sus propios trailers falsos. El premio: incluir el trailer ganador en las proyecciones de Planet Terror y Death Proof junto a los fantásticos clipsfacturados por Eli Roth, Rob Zombie y Edgar Wright. En España la idea fue estrenar Grindhouse en dos sesiones distintas, cobrando dos veces y sin trailers (que no vienen ni en los dvds). Muchas gracias.
El ganador del concurso fue el cortometrajista Jason Eisener, quien ya había dado muestras de su gusto por la serie B y la exploitation en su mediometraje debut The Teeth Beneath, una tonteríaamateur filmada junto a sus amigos skaters con referencias directas a Lucio Fulci, Fabio Frizzi y Sam Raimi.
Unos años después, y tras un corto más o menos popular como fue Treevenge (donde se confirman sus referentes, homenajeando de nuevo a Fulci y a Holocausto Caníbal) Eisener consiguió financiación suficiente para convertir su trailer en una película auténtica, de un modo similar a lo quehizo Rodríguez con Machete. El sueño de un pajero criado en los pasillos de un videoclub en definitiva: construir tu propio exploit frankensteriano.
De este modo, en Hobo with a Shotgun se amalgaman todo tipo de referencias trash partiendo de una base configurada en los exploits de los 70 (entendidos como un estilo en sí mismo) y las escaramuzas justicieras de la Cannon en los 80 para cocinarsedespués, previo filtrado vía Troma de los 90 y los videojuegos de 16 y 32 bits.
Sería muy simplón citar aquí, como ya hacen otros, a las películas de Charles Bronson como influencia inequívoca de Hobo, por mucho que en Death Wish 3 hubiera bandas de punks sembrando el pánico en las calles. El explosivo debut del joven canadiense tiene más de videojuegos beat´em ups como Streets of Rage o FinalFight que de Yo soy la justicia. Empezando por su saturadísimo color (heredero tanto de los arcades como de la escuela del fantástico italiano) y terminando por sus personajes completamente grotescos y irreales.
En cualquier caso, y he ahí uno de los logros de la película, semejante mezcolanza no se ha quedado en un torpe puñado de homenajes y plagios dignos del freak menos avezado (cosa que síha pasado en algunas producciones de género made in spain) sino que ha conseguido tener la suficiente personalidad como para lograr entidad propia.
Ambientada en un lugar similar a la Anti-Tromaville, en un tiempo indeterminado de evocaciones ochenteras (lo analógico prima sobre lo digital), una especie de pasado distópico no muy distinto a como muchos niños de los 80 debían imaginar losgrandes suburbios americanos, se nos cuenta la historia de un castigado vagabundo que sueña con labrarse un modesto porvenir para escapar de la miseria que le rodea. Interpretado por un desprejuiciado Rutger Hauer (que sabe mucho de justicieros y personajes nómadas) el pobre “hobo” terminará con sus quebrados huesos en la Hope Town, la ciudad de la esperanza, rebautizada en una pintada callejera comoScum Town, ciudad de la escoria. Un lugar diezmado por la corrupción política y policial cuyas calles están tomadas por bandas callejeras que delinquen a placer ante la indefensión, y la cobardía, de los ciudadanos de a pie(1). Nuestro sufrido protagonista será conducido a los límites de la cordura a base de palizas y abusos hasta que decide tomarse la justicia por su mano y acabar con toda lacorrupción urbana a golpe de cañonazos en lo que será una auténtica orgía de sangre y tripas.
Gracias a estos y otros momentos completamente hilarantes, la audiencia del Syfy respondió de forma entusiasta, siendo posiblemente el film mejor recibido de toda la muestra. Recibió un apoyo unánime por parte de la audiencia, demostrando que no hay nada como un film de tono ligero y gamberro para...
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