Hombre Bala

El Hombre Bala


Ante la novedad de vivir en el suburbio ubicado a unas calles de la famosa basílica de Guadalupe y cercanas las fiestas de ese lugar, llegó una feria que entre sus diversas atracciones contaba con un “ratón loco”, una “rueda de la fortuna”, un tiro al blanco, un juego de canicas para acertar al premio.
Lo diverso e interesante de esta feria es que tanto en el tiroal blanco como en el juego de canicas daban premios, que iban desde un pase para algún otro juego hasta muñecos enormes de peluche, sin faltar las tradicionales alcancías.
Siendo tan llamativa la feria como lo es, atrajo mi atención un enorme cartelón que anunciaba :
“Hoy a las 8:00 de la noche única función.
No pierda la única oportunidad de ver al hombre bala volar por loscielos”
Me acerqué lo más que pude para ver cómo podría funcionar dicho aparato.
Al verlo me impresionó. Se trataba de un gigantesco cañón con una oquedad en la punta de 1.5 metros de diámetro aproximadamente, que era la entrada del individuo que se lanzaría por los aíres; pero también contaba con un volante en su costado derecho de astrías, cuya manivela direccionaba el ángulo enel que saldría disparado el hombre-bala y cuyo cuerpo del cañón medía aproximadamente dos metros de largo por 1.80 de circunferencia al inicio, adelgazándose al frente hasta llegar a la medida antes mencionada en la punta, estaba pintado en un color bermellón, con líneas blancas y rayos amarillos en los costados que lo hacía muy impresionante.
Me absorbí de tal forma que no observé que unhombre de cabello entrecano, mirada fuerte, de casi dos metros de alto, vestido a la usanza de los años 40’s, es decir con traje negro con rayas anchas blancas y zapatos de color blanco y negro con tacón cubano, que lo hacía verse más alto de lo que en realidad era, me miraba atentamente, como queriendo reconocerme.
Al sentir su mirada me sorprendí, debido a que trataba ni más ni menos que demi profesor de la materia Problemas Socio-economicos y políticos de México que me impartiera allá en el siglo pasado en la tres veces honorable Preparatoria 7, Ezequiel A. Chávez, la conocida como “Prepa de la Viga” o “Prepa de los pescaderos” por aquello del mercado de pescados frescos que había a unas calles del honorable recinto académico.
Pues sí, ahí parado a un lado mío tenía alilustre catedrático Licenciado en derecho, economía, sociología y maestro en ciencias sociales, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, allá por los años 50’s, el nunca bien ponderado Guillermo Pueblito Sánchez, quien a pesar de los años que habían transcurrido desde que tomé aquella cátedra hasta hoy, habían pasado al menos 24 años, así es, en 1982, tuve el honor de que me instruyeraen el conocimiento de la labor social que tenemos como ciudadanos y me conscientizó de que los problemas sociales podían ser resueltos por la misma sociedad, si había voluntad y respeto al ser humano y a las instituciones. En fin, polvos de viejos lodos.
Lo miré, y con gran agrado me acerqué a saludarlo por su nombre:
¿Don Guillermo? Le dije
Sí, a sus cuestiones, contestó comoacostumbraba hacerlo en clase, debido a que siempre que nos acercábamos era para preguntarle algo, y esta no fue la excepción, por cierto.
¿Qué hace por aquí, don Guillermo?
Me dijo, soy dueño de este ejemplar que no te cansas de observar; pero dime, ¿de dónde me conoces?
De la preparatoria 7, usted me impartió en 1982, la cátedra de Problemas Socio-economicos y políticos deMéxico, que por cierto me desarrolló el gusto por la lectura de los periódicos.
Mira lo que son las cosas, dijo, tiene algo más de un lustro que no doy clases en la preparatoria 7 y mira donde te vengo a encontrar.
Qué cosas tiene la vida, maestro.
Sí, que venturosas cosas tiene la vida. Aquí me tienes en una feria, con un enorme cañón, con “juancho” el hombre-bala desmayado...