Huida De Fernando De La Rua

La piedra vuela alto. Un manto de gas pestilente enturbia la imagen del Obelisco que asoma por detrás. Un joven, con su remera protegiéndolo del tóxico emanado por las balas lacrimógenas, retrocede unos pasos y ya busca un nuevo proyectil.

La policía avanza despiadada. Dispara sobre todo lo que se mueve: las balas no son solo antidisturbios. Los chispazos manifiestan la utilización de balas defuego. En las revueltas fueron asesinadas 39 personas.

Las calles del centro de la Ciudad de Buenos Aires están alborotadas. Es 20 de diciembre de 2001. El agotamiento ante la presión asfixiante del Gobierno sobre el pueblo argentino estalló. Miles de manifestantes se volcaron a la calle a expresar su disgusto. Las manifestaciones venían sucediéndose hacía algunos días: el día anterior, cayóacribillado el dirigente social “Pocho” Lepratti. León Gieco lo recuerda con su canción “El ángel de la bicicleta”.

Hubo una fusión entre clases: los trabajadores, los desocupados y los estudiantes se unieron a la pequeña clase media y a los ahorristas afectados por las medidas del declinante gobierno.

El presiente Fernando De La Rúa huía en helicóptero, dejando al pueblo hambreado yasediado por la represión inclemente de las fuerzas de seguridad que querían calmar con palos y balazos el hambre y la sed de justicia.

La fuga del presidente y el clima de caos absoluto que se vivía en el país, hizo que la última fecha del campeonato argentino se postergue. Racing se enfrentaba a Vélez y necesitaba solamente un punto para consagrarse después de 35 años de sequía.

“La última fechase suspendió con la huida de Fernando De la Rúa, Racing iba a tener que esperar para ser campeón y Agremiados pretendía que todo se pasara recién para febrero. Los hinchas salían a la calle a reclamar que se jugara el partido, y finalmente todo se cocinó en la Casa Rosada. No se llega a negociar en el despacho presidencial así nomás. Es cierto que Puerta era presidente interino desde hacía un día,pero él mismo me cuenta que utilizó ese partido para darle un aire de normalidad al país”, cuenta el periodista Alejandro Wall, que recupera la historia en el libro “¡Academia, carajo! Racing campeón en la Argentina del ¡Que se vayan todos!”.

El partido finalmente se jugó. Fue empate 1 a 1. El gol de Racing lo marcó Gabriel Loeschbor. La polémica por el presunto off side se instaló comocomplemento de las teorías que marcaban que el campeonato había estado arreglado en su totalidad. El juez de línea del partido había sido Alberto Barrientos, confeso hincha de Racing. “Y a pesar de que Barrientos explica que lo suyo fue sólo un error, es interesante todo lo que cuenta acerca de cómo en el fútbol argentino se maneja la cuestión arbitral”, agrega Wall.

Ezequiel Fernández Moores,respecto al libro de Wall, comenta: “La del corralito y los saqueos. Piquetes y cacerolas. La de Susana Giménez diciendo que la confiscación de depósitos ordenada por Domingo Cavallo era “comunismo”. La Argentina del “Que se vayan todos”. Y la del grafiti de Carlos Calvo y Defensa: “Nos mean y los diarios dicen que llueve”. Cinco presidentes en 12 días. 38 muertos. Y Racing campeón. A diez años delRacing de Mostaza Merlo, Wall cuenta por qué el poder político precisaba la vuelta del fútbol para apagar el incendio. Y sugiere que, a esa altura de los acontecimientos, era mejor que Racing saliera campeón”.

La Argentina era una agridulce mezcla de sensaciones: la pasión, por primera vez –o, por lo menos, por vez más cruel- se topaba de frente con la dureza de la realidad.

“Tres meses antes,el 11 de septiembre de 2001, cayeron las Torres Gemelas. Estados Unidos fue puro dolor. A la semana, George W. Bush pidió que se reanudara el béisbol. Algunos jugadores se opusieron. Pero el país precisaba dar señales de vuelta a la normalidad. Y el retorno del llamado “pasatiempo nacional” de los norteamericanos fue la señal más poderosa de que la vida seguía. Algo parecido pensó acaso Ramón...