Humanidad Contemporanea

No acostumbro a comer comida fría, pero ya desde que me puse de pie al despertar sentí algo que no era mi cotidianidad.

Serví mi plato… y olvidé el de ella, quizás uno de los tantos detonantes delproblema siguiente. No me reclamó como de costumbre lo que me permitió comer tranquilamente casi olvidando su presencia ahí. Comúnmente, después de comer, nos sentamos a ver televisión pero esta vezella abandonó nuestra rutina, cosa que ya comenzaba a alarmarme.

En una de esas miradas para averiguar lo que hace el otro, distrajo su mirada con la mía y la note mas frívola que de costumbre, ycomencé a escuchar un par de ruidos extraños en la cocina, pero luego un silencio que alimento mi curiosidad al punto de abandonar el programa que comúnmente absorbe mi decepcionante vida por algunashoras casi anhelando que algo malo sucediera, decidí investigarla lo que me hizo pensar ¿Le estaré dando mucha atención? Pero la curiosidad siempre es mayor que la razón de las consecuencias y ahíestaba ella, jamás pensé ver lo que estaba presenciando, nunca antes la vi en esa postura ni con esos ojos tan segados por las ansias, parecía preparar sus armas corto punzante. El asombro me hizorecordar tiempos pasados. Más de un amigo me advirtió lo que veía es tal felina agresiva, y por qué no recordar a mi madre quien más de una vez sugirió que debía desconfiar de ella: “tiene un airedesleal”. Era su frase típica al hablar de ella, pero lejos de creerlo por ellos ahora lo veían mis ojos.

Pero peor que una desleal, se convertía frente a mí en una asesina sanguinaria a punto de cometer uncrimen más ¿Qué podía hacer yo? El tiempo que usaba para tratar de entender hacía más corta la espera.

¿Cuándo decidimos cometer actos de ese tipo?, ¿Qué tiene que pasar para que lleguemos ainstalarnos en un plan de asesinato tan impune?¿Quién decide quien vive o quien muere? Mi vida comenzó a parecerme tan insignificante y tan poco distante de lo terrible.

Y como si lo hubiera hecho...