Ifigenia

Recuerdo que mi costumbre tiempo atrás, era escribir mis vivencias y guardarlas, hasta que al fin pareció una costumbre ridícula y sin sentido, por lo cual un buen día las escondí en mi armario.

Transcurridos dos años de eso; una mañana mientras “limpiaba” el armario de cosas viejas, recordé el escrito escondido y al revisarlo lo conseguí interesante porque reflejaba los cambios positivosque habían ocurrido en mí, para beneplácito de Abuelita.
Tal fue el efecto de releer lo escrito, que decidí continuar; no sin antes observar el valor psicológico que a su juicio tenía, comprobando los cambios en mi conducta y comportamiento diario.
También aprecie que mis escritos poseían tanta calidad o más, que otros que aprecian en la prensa o en las revistas, lo cual me reconfortó.

Alconstatar los progresos alcanzados por mí en esos dos últimos años
Requiere una serie de cambios en mi diario comportamiento que me entusiasma a continuar escribiendo, considerándome, mejor escritora que otros autores a quienes más consideraba mediocres.

Enumera una serie de “Malas costumbres” que había desechado y nuevas experiencias o progresos que había adquirido bajo la sabiadirección de Abuelita y Tía Clara.

De estos últimos acontecimientos. Se destaca la “aparición” de mi novio César Leal; quien de acuerdo a las costumbres de la época, prácticamente es “seleccionado” por un Consejo de Familia integrado por Abuelita , Tío Pancho , Tía Clara y Tío Eduardo; dejándome la aceptación final.




Sentía como me cortejaba Cesar Leal y me sentía muy elogiada, tantoasí que me esmere en cuidar su presencia exterior para gustarle más ya que cuando lo visitaba me elogiaba cada vez más. Así pasaba que él me visitaba más a menudo y yo sentía que quizás estaba enamorada. Ya éramos novios y pensábamos casarnos en tres meses.
Le pedí a Mercedes que me mandara todo de París después de que Abuelita me prometió que como regalo de boda me daría doce milbolívares en efectivo
Me sentía muy feliz y trataba de complacer a Cesar todo el tiempo.
Mi familia adoraba a Cesar pero Tío Pancho me hacía ver las cosas negativas…
Hasta que me decepcione al descubrir que mi novio me empezaba a prohibir muchas cosas y a anular mi personalidad diciéndome que las mujeres no se pueden expresar libremente y que su función era más decorativa que pensante, eso me hizosentir muy mal porque me hacía creer que yo era inferior que las personas que me rodean y pensé que mi novio Cesar lo decía en broma pero no era así pero no le dije nada para que no se pusiera molesto conmigo y no se quisiera casar a demás que ya decidimos en cuanto tiempo iba a ocurrir ese evento tan especial tanto para mí como para el



La religión, en una mujer es completamenteindispensable, y ninguna mujer tiene el derecho de decir que no cree… Porque al fin y al cabo ¿Qué entienden ellas de metafísica, ni de biología, ni de las teorías de Lamarck?.. Yo, por ejemplo, no creo, yo soy absolutamente materialista., es verdad, pero ¿Por qué soy yo materialista?... ¡Pues porque yo tengo mis motivos!
Ahora hablaba de literatura de oratoria, de política y había ofrecido leer untrozo del discurso que en aquellos días iba a pronunciar en el senado. En un momento dado, dentro del movimiento general de la conversación se hablo del Dante y su obra.
¿Desde cuándo no recitas nada de Dante, María Eugenia?
¿Del Dante? Pregunte yo extrañadísima. ¡No sé lo que dices tío Pancho!
¡Ah! ¿De modo María Eugenia, que pretendes hacernos creer ahora, que tú no has leído nunca al Dante,cuando el año pasado nos agobiabas con tus juicios y tus pedanterías sobre la “Divina comedia”?
Recuerdo que la recitabas en un italiano antiguo que debía estar muy mal pronunciado, porque hablas en francés y el ingles como tu propio idioma, pero en cambio destrozas el italiano.
Pues mira tío – Le conteste disgustadísima- , yo no acostumbro a mentir.
Y como si esto no fuera bastante, tío...