ILIADA Y ODISEA
Padre querido! )No querríasproporcionarme un carro alto, de fuertes ruedas, en el que lleve al río para lavarlos los hermosos vestidos que tengo sucios? A ti mismo te conviene llevar vestiduras limpias cuando con los varonesprincipales deliberas en el Consejo. Tienes, además, cinco hijos en el palacio: dos ya casados, y tres que son mozos florecientes y, cuantas veces van al baile, quieren llevar vestidos limpios; y talescosas están a mi cuidado.(…)
Tan pronto como llegaron a la bellísima corriente del río, donde había unos lavaderos perennes con agua abundante y cristalina para lavar hasta lo más sucio, desuncieronlas mulas y echáronlas hacia el vorticoso río a pacer la dulce grama. Tomaron del carro los vestidos, lleváronlos al agua profunda y los pisotearon en las pilas, compitiendo unas con otras en hacerlocon presteza. Después que los hubieron limpiado, quitándoles toda la inmundicia, tendiéronlos con orden en los guijarros de la costa, que el mar lavaba con gran frecuencia. Acto continuo se bañaron, seungieron con pingüe aceite y se pusieron a comer a orillas del río, mientras las vestiduras se secaban a los rayos del sol. Apenas las esclavas y Nausicaa se hubieron saciado de comida, quitáronselos velos y jugaron a la pelota; y entre ellas Nausicaa, la de los níveos brazos, comenzó a cantar
Iliada
Néstor, atemorizado por el clamorío del combate, sale de su tienda en la que aúnsecuraba Macaón, para explorar los hechos en el lugar en que se realizaban (1-26).Agamenón, Odiseo y Diomedes, doliéndose aún por las heridas, le salen al encuentrocambiándose de lugar por la misma causa;...
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