Imagen y Tolerancia

¿Racismo? ¿Discriminación? ¿Genocidio? son palabras que evocan escenas demasiado fuertes que solo existieron en el pasado de las civilizaciones, ese es el pensamiento generalizado de cualquiera delos visitantes que ingresan al Museo Memoria y Tolerancia.

Mas el recorrido por el mismo, es una experiencia de sentimientos ante imágenes, testimonios y acciones, donde el ser humano en su afan depoder ha llegado a los límites de la inconciencia al torturar, maltratar y exterminar a los que desde su visión, no son iguales a él, ni en sus ideologías, convicciones o imagen física.

Dentro de lamemoria se guardan los mejores recuerdos, pero también los más desdeñosos monstruos, ejemplo vivo es el Holocausto judío, la muestra es documentada de tal forma, que el visitante se detiene en eltiempo y se convierte en testigo mudo en un ghetto, se esconde junto a esas almas judías en espacios reducidos, mientras un video le muestra facetas inexpresivas, porque el dolor ha superado los rostros;un nudo en la garganta ante una lámpara de piel o los jabones, la sensación de frialdad conjuntada con un aroma a humedad mientras se ingresa a un vagón que ha llegado de Polonia para gritar sin serescuchado; la ejemplificación del exterminio en las cámaras de gas, los experimentos con niños e incapacitados, la maldad humana sin censura, ni vestido que al final del recorrido se dulcifica con lostestimonios de personas, quienes huyeron del yugo alemán, quienes perdieron familias enteras, pero salvaron integrantes de otras.

l Holocausto, documentado magistralmente; las atrocidades vividaspor los armenios, lo padecido en Ruanda, ex Yugoslavia, Darfur, Guatemala, Camboya, y en nuestro México (Acteal, Atenco, Aguas Blancas, el 68), sacuden y estremecen. Sobre todo al pasar por el vagónde tren, traído desde Polonia, donde se llevaba a los campos de concentración a ese pueblo al que pertenecieron Maimónides, Einstein, Espinoza, Freud, Kafka. Aunque tiene un Memorial, le faltaría...