Imaginario Americano

El imaginario americano: José María Arguedas y Juan Rulfo, dos visiones de la injusticia y la resistencia en Latinoamérica

Antecedentes a la literatura indigenista de Arguedas y Rulfo

Desde el sigo XVI, tras la colonización española del continente americano, aparecieron en numerosas regiones del sur del continente manifestaciones literarias que daban testimonio de la realidad allícontemplada. Uno de los problemas que existía es que esa realidad tenía diferentes puntos de vista, según fuera el sujeto observador de ella.
Así, los cronistas y religiosos españoles escribieron crónicas y transcripciones en las que se explicaban tradiciones, costumbres, ritos, de los habitantes de aquel Nuevo Mundo al que ellos habían llegado, pero desde luego desde su punto de vista como colonizadoresque eran, y bajo la influencia del siempre presente y moralista cristianismo. Algunos ejemplos de estos testimonios son las obras del cronista Juan de Betanzos, Suma y narración de los Incas (1548-1556)[1]; la del religioso Francisco de Ávila, con el manuscrito de Dioses y hombres de Huarochirí (hacia fines del siglo XVI o principios del XVII)[2]; o la obra de Fray Martín de Murúa, Los orígenesde los incas, (1590)[3].
Del otro lado, del lado indígena, emergen las obras de la Literatura de Resistencia, con obras como Tragedia del fin de Atahualpa, (1555)[4]; y también obras de cronistas indios y mestizos, como Titu Cusi Yupanqui, Ynstrucción del ynga Diego de Castro, (1570)[5], o la obra de Inca Garcilaso de la Vega, Comentarios reales que tratan del origen de los Incas, reyes quefueron del Perú, publicada en Lisboa en 1609[6].
Después de aquellos testimonios tan dispares, ya que los españoles escribían desde la dominación y el poder que ejercían sobre la población indígena, y estos otros desde el papel de dominados y aculturados (que no tenían bien definida una cultura propia), la información sobre lo que eran la realidad y sociedad amerindias quedaba incompleta y bajodiscursos opuestos.
Es con la llegada de la Independencia al continente latinoamericano en el siglo XIX cuando comienza a escribirse desde un punto de vista más local y propio de los indígenas. Lo que sucede con esta Independencia es que se instauran los modelos políticos europeos y las nociones de nación y nacionalismo llegan a todas las regiones.
Es en Perú donde este sentimiento nacionalistaindígena se manifiesta de una manera más evidente y con mayor fuerza. La figura de Manuel González Prada es de vital importancia para dicha exaltación del sentimiento nacionalista peruano, el cuál señala en su discurso del Politeama de 1888: “No forman el verdadero Perú las agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el Pacífico i los Andes; la nación está formadapor las muchedumbres de indios diseminados en la banda oriental de la cordillera”[7].
José Carlos Mariátegui es igualmente una figura esencial en el desarrollo social y político de Perú, pues sostiene el indigenismo peruano desde un punto de vista político, y sentencia que “el problema del Indio es el problema de la tierra”[8].
A raíz de estos y otros grandes representantes, tanto políticoscomo literarios, en Perú se desarrollan durante el siglo XX numerosas manifestaciones literarias y políticas que desembocan en la literatura indigenista y neoindigenista (indigenismo desde la visión del propio indígena).
Se establecen por lo tanto dos corrientes literarias, una cuyo autor tiene una visión del mundo indígena desde su posición desde fuera de éste, y otra en la que el autor plasma suvisión desde dentro de este mundo indígena y toma las estructuras del imaginario latinoamericano.
José María Arguedas y Los ríos profundos

Como Ángel Rama señala en su texto Transculturación narrativa en América Latina, existen de un lado “tesis románticas que reclamaban fidelidad a los asuntos, creyendo que con ellos solos se podía traducir la nacionalidad”, y de otro “lo que se indaga en...