Incas

“Imaginé una de mis esculturas puesta en ese entorno y vi resistir victoriosa la cercanía de las arquitecturas incas y de los picachos andinos y, aún más, me pareció que los dioses antiguos aprobaban esta intromisión.” 
Ramírez Villamizar
En 1983 el artista colombiano Eduardo Ramírez Villamizar visitó la ciudad inca de Machu Picchu, un lugar arqueológico que marcaría definitivamente el futurode su trabajo como escultor. Recuerdos de Machu Picchu es una pieza pertenece a una serie de más de treinta esculturas que lleva el mismo nombre. Estas obras fueron construidas por Ramírez durante los tres años siguientes a su regreso de Cuzco. La pieza es una escultura de mediano formato hecha en hierro oxidado; en ella se puede identificar un eje central del que parten varias extremidades quecortan el espacio circundante y crean vacíos internos. Esta pieza es representativa de dos aspectos centrales en la obra entera de este escultor colombiano: la decisión de dejar oxidar el hierro que compone la mayoría de sus piezas y la constante referencia a la estética precolombina. 
Según el artista, uno de los elementos de Machu Pichuu que más llamó su atención fue la admirable relación entre laarquitectura geométrica y el paisaje; la manera en que en ese lugar se combinan la fuerza de la naturaleza y el poder creador del hombre. La serie “Recuerdos de Machu Picchu” puede ser vista como un homenaje a esa “admirable relación” entre los pueblos precolombinos y su entorno natural, a la manera en que lograron un equilibro estético entre el paisaje y la ciudad. Algo que captó de maneraespecial la atención de Ramírez fueron las terrazas que los Incas construían para cultivar diferentes productos en las escarpadas montañas de los Andes peruanos. Le admiró la manera en que esa comunidad transformaba “geométricamente” el paisaje, dibujando líneas paralelas sobre la tierra, cambiando los empinados declives por planos. Uno de los costados de Recuerdos de Machu Picchu está formado por unaserie de seis módulos de diferentes tamaños soldados uno encima del otro, que en su conjunto crean una especie de zigzag vertical; esta parte de la escultura sugiere un movimiento similar al que generan las terrazas incas sobre las montañas. 
Para 1984, Ramírez era ya considerado una figura central del arte colombiano, específicamente dentro de la abstracción geométrica. Hasta entonces sus piezaseran de metal pintadas con colores planos y trazaban formas geométricas definidas. Fue con “Recuerdos de Machu Picchu” que Ramírez Villamizar comenzó a dejar oxidar su esculturas. Alguna vez mencionó que le intrigaba pensar en el momento en que Machu Picchu fue abandonada y las plantas y animales iniciaron un proceso de invasión de la ruinas; de esa manera se preparaba un reencuentro total entrela naturaleza y el legado arquitectónico del hombre. Así mismo, al estar construidas en metal, sus piezas se oxidarán hasta el punto de desparecer y convertirse en tierra, encontrarán ese equilibrio entre hombre y naturaleza que le resultaba admirable en la ciudad inca: “ese eterno retorno a la materia primigenia, ese lento peregrinaje a la fusión final de los elementos que acarrean la muerte, meparecieron cualidades tan naturales y absolutas, tan rotundas y bellas, que no concibo mi obra escultórica sino inmersa en ese espectacular proceso.”, explica el escultor (Medina 1992).
Por Nicolás Bonilla
 
Bibliografía
Laverde, María Cristina y Rojas, Álvaro. 1986. Así hablan los artistas. Bogotá: Ediciones de la Universidad Central.
Ponce de León, Carolina. 1995. “La utopía del espíritu”,en: Revista Diners, septiembre, Bogotá.
Medina, Álvaro. 2001. Ramírez Villamizar. El viaje en el tiempo, Catálogo de exposición, Galería Durban Segnini.
Medina, Álvaro. 1992. Ramírez Villamizar. Diez y ocho notas para comprender a un escultor, Cartagena: Alcaldía Mayor y MAM de Cartagena, Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo

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