Independencia de Chile

I
Ha pasado tiempo. Claro es que no me he tomado la molestia de saber cuánto. Quizás la mera presencia de un reloj cerca, me aterra o este trastorno ya se volvió algo grave, sin retorno.
Creo que los segundos se deslizan más despacio a medida que mi desesperación aumenta, o tal vez al revés. Simplemente estoy en otro mundo, no siento que éste sea donde pertenezco, un lugar lleno de cadáveres ysueños destruidos. Me he imaginado la razón y las consecuencias de mi desaparición, pero después de tanto tiempo, no podía aparecerme así como así delante de él; no, no podía.
Me quedaba horas observando las campanas brillantes; sus colores se reflejaban en el cielo, cielo falso. ¡Aquí no hay cielo! ¡No hay nada más que burlas y desprecio! Necesito que alguien me saque de este infierno. Noquiero, no quiero seguir sintiéndome como alguien dependiente a la que tratan como enferma mental. Debería ser todo diferente, debería tratar de cambiar esto, o simplemente debería callarme y dejar que me controlen. Siendo yo, escogería el camino fácil y mediocre ¡Esto es para morirse!
Me tomaré un café, con eso voy a calmarme. Lo malo es que luego vuelvo a torturarme en la soledad. Caminé por elpasillo, o como a veces le llamo, laberinto lleno de antorchas. Las cortinas aquí nunca se abren, muchos son alérgicos a la luz solar, no sé el por qué. Me canso de tanto caminar, es un sacrificio el que hago sólo por una taza de agua con cafeína.
¿Qué haces? – Me preguntó cuando llegué al primer piso, luego tomó unas de mis manos.
Nada…- Apenas respondí, me zafé y seguí mi rumbo.
No puedes estaraquí.
Nunca puedo estar en ningún lugar ¿No crees que es algo absurdo? Tengo derecho.
No puedo seguir fingiendo que soy invisible pues no lo soy ¿O sí? No se qué creer. Lo único que me otorgan es este espacio limitado de conocimiento. Me he perdido muchas cosas, no he visto a mi familia hace años, ya ni siquiera los recuerdo. Me han robado todo, incluso la memoria.
¡Desgraciados! Quiero mástiempo, más tiempo para asimilar esto; sé que en los últimos años ya he pensado demasiado pero a la vez, no es suficiente. Estoy tan confundida, necesito tantas cosas, necesito cariño, necesito comprensión y necesito a alguien que pueda escucharme, alguien en quien confiar ¡Pero no! ¡No puedo confiar! ¡No puedo contar lo que pienso, de ser así me matarían!
Abrí la puerta de la cocina. Me mareo. Todoes blanco, paredes, muebles, electrodomésticos, incluso hay un gato blanco con una cinta roja y un cascabel al cuello.
Dije que tenías que irte de aquí – Ya no lo soporto ¡Como odio a este tipo! ¡Quiero que me deje tranquila! ¡Quiero un café! ¿Acaso es tan complicado de entender?
Tu no me vas a hacer un café – Miré sus ojos grises, grises y profundos, que no dicen nada más que “Eres una idiota yodio estar pendiente de ti las veinticuatro horas del día, así que déjame en paz”. Quiero que se vaya de aquí, su aire es tan tóxico, me da asco ver su cara de tarado tratando de controlarme.
No necesitas tomar café, eso te hace mal y si quieres tomar, pues, podrías pedírmelo ¿No te parece? – Levantó una ceja y luego frunció el ceño, no le hice caso. Del cajón de más arriba saqué una taza,azúcar, un platillo y una cuchara. Al abrir el azucarero, éste se resbaló de mis manos. ¡Torpe, torpe! Y como era de esperarse, Otto se mofó de mi acción frustrada – Que inútil eres.
Seguro tú eres más hábil con las manos – Coloqué mis puños en las caderas.
¿Qué intentas decir? – Imitó mi posición, quizás había notado mi tono burlón, o tal vez no, tal vez se estaba enojando. No me gusta ver a Ottoasí, nunca se enoja conmigo aunque a veces hago estupideces, pero con los otros es más agresivo. Incluso ha llegado al punto de golpearlos y tirarlos contra el vidrio ¡Desde un tercer piso! Creo que es paciente conmigo porque es su deber.
Nada…- Miré hacia el suelo. Dejé caer mis brazos y me di la vuelta, caminé en dirección a la puerta, ya no tenía ganas de beber café. Maldito bastardo. ¿Acaso...