Indicios

Todos los criminalistas, al referirse a lo que nosotros llamamos investigación o heurística, empiezan por señalar un dato semiótico que consideran el más esencial, cual es el móvil o motivo del crimen.

Adviértase que estamos aquí analizando conductas humanas con respecto a las cuales la motivación juega un papel primordial a guisa de elemento propulsor o generador. Ciertamente que existenactos irracionales, actos fallidos o parapraxias en el lenguaje fraudiano, que se producen sin aparente motivación; pero el delito, y más concretamente, la conducta desviacional implicada en la simulación, no es de las que más se preste a la irreflexión o a la inconsciencia. El maníaco puede asesinar sin justificación plausible; e igual pueden actuar el sexópata o el cleptómano, pero el simuladorpresupone generalmente una conciencia vigilante y pragmática muy alejada del mero impulso instintivo. Quien simula, simula casi siempre por algo bien concreto, racional y económico. Quien simula es un estratega nada inmaduro.

De ahí la importancia que reviste el averiguar los posibles motivos que hayan podido inducir o potenciar la simulación. Esto es, conviene investigar de qué forma dentro de uncontexto situacional dado y obrando con estricta lógica o experiencia quepa suponer que la simulación sea la técnica más adecuada y perfecta para evadirse su autor de un efecto jurídica o moralmente adverso. No hace falta confesar que en ocasiones tal vez sea la introspección la fórmula que mejor nos lleve a responder a esta pregunta. Pero ya hemos dicho que el acto simulatorio es un actoreflexivo y en cierto modo nada aberrante.

A este propósito simulatorio la doctrina jurídica lo ha venido denominando desde siempre causa simulandi, habiendo sido definido por Ferrara como "el interés que lleva a las partes a hacer un contrato simulado o el motivo que induce a dar apariencia a un negocio jurídico que no existe o a presentarlo en forma distinta de la que le corresponde".275 Motivo queno siempre presupone sin embargo un obstáculo legal, pues como escribe De Castro la causa caracterizante de la simulación lo mismo puede ser plausible o elogiable (v. gr.: los actos de discreción para ayudar, recompensar, cumplir deberes morales), como de confianza (negocios fiduciarios), indiferente (por ejemplo a efectos de comodidad, donaciones, "ad pompam", de propaganda), ilícita (fraude deacreedores, de legitimarios) o hasta incluso de tipo delictivo (artículos 520, 524 y 532 2.° C. P.)276

Suele ser frecuente el preguntarse si esta causa simulandi representa un elemento esencial y caracterizante de la simulación o bien equivale a un mero indicio a integrar entre los demás del cuadro probatorio, pero la cuestión no creemos que tenga suma trascendencia para nosotros, porque sindesdeñar la posibilidad de considerar que la simulación se defina precisamente por su causa simulandi, esta causa, además de ser un dato jurídico sería siempre un hecho psicológico, y entonces ya nos adentramos de lleno en nuestro campo semiótico. O sea, en tanto en cuanto creyéramos nosotros que la conducta simulatoria, como toda conducta humana, es un hecho molecular que se produce en función de unaserie de variables, a partir de las cuales podemos reproducir aquel hecho, no nos quepa ninguna duda que la motivación resulta una circunstancia inferencial tan valiosa como pudieran serlo la personalidad, el perimundo, la forma de obrar, el cronos, etc.277

Ahora bien, una cosa es atribuir a la causa simulandi valor semiótico y otra es la de otorgarle un efecto condicionante de la presunciónde simulación, hasta el extremo de que si no se demuestra la existencia de aquélla los restantes indicios perecen irremisiblemente. Decir, como dice Ferrara, que la causa simulandi ha de ser el punto de partida, no es más que conferirle el rango de un indicio típicamente axial (ubiaccedit causa simulandireceptumestadminiculativeimperfecteprobatiosufficia

t) pero ni mucho menos equivale a...