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Páginas: 2 (329 palabras)
Publicado: 18 de agosto de 2012
INTRODUCCION
El maltrato al hombre no es un nuevo concepto, ni se trata de una nueva expresión o un símbolo o simplemente un ejemplo, es una realidad al igual que el maltrato a lasmujeres, no hay diferencia alguna.
Sin embargo la sociedad no ha logrado hasta el momento que existan leyes que protejan de igual manera a cada uno de los miembros que conforman o que tienen lugar enel seno de una familia, sin discriminación del sexo de la víctima.
Existe una poderosa corriente social que pretende reducir el término “violencia” a la que ejercen los hombres y padecen lasmujeres, negando así cualquier opción a que la situación sea la opuesta. Contrario a todo principio de igualdad y de presunción de inocencia, lo cual conlleva a que la sociedad tome lasdeclaraciones de hombres que son maltratados como objeto de burla. Así ha quedado reflejado en la actual Ley Integral contra la Violencia de Género.
Anteriormente los casos de maltrato domestico erandirigidos principalmente a la mujer debido a la vulnerabilidad que ésta representaba frente al papel que el hombre tomaba por sí mismo como jefe del hogar estableciendo a su vez un núcleo patriarcal enla familia. En la actualidad los papeles han cambiado y en cuanto al maltrato domestico se refiere, el hombre también se ha visto afectado a causa de la independencia y astucia que el génerofemenino ha fortalecido a través del tiempo, ya que la mujer representa una posición igualmente importante a la del hombre dentro de la estabilidad de un hogar.
En algunos casos influye en elmaltrato al hombre la inferioridad física y mental que exista en la victima, lo cual conlleva a que la mujer tome ventaja de esas condiciones para someterlo y darle a entender su superioridad,resguardándose en los beneficios que la ley le otorga y generando situaciones de denuncias dudosas.
Naturalmente esta situación conduce inexorablemente a una discriminación cada vez más aguda e insostenible.
El maltrato al hombre no es un nuevo concepto, ni se trata de una nueva expresión o un símbolo o simplemente un ejemplo, es una realidad al igual que el maltrato a lasmujeres, no hay diferencia alguna.
Sin embargo la sociedad no ha logrado hasta el momento que existan leyes que protejan de igual manera a cada uno de los miembros que conforman o que tienen lugar enel seno de una familia, sin discriminación del sexo de la víctima.
Existe una poderosa corriente social que pretende reducir el término “violencia” a la que ejercen los hombres y padecen lasmujeres, negando así cualquier opción a que la situación sea la opuesta. Contrario a todo principio de igualdad y de presunción de inocencia, lo cual conlleva a que la sociedad tome lasdeclaraciones de hombres que son maltratados como objeto de burla. Así ha quedado reflejado en la actual Ley Integral contra la Violencia de Género.
Anteriormente los casos de maltrato domestico erandirigidos principalmente a la mujer debido a la vulnerabilidad que ésta representaba frente al papel que el hombre tomaba por sí mismo como jefe del hogar estableciendo a su vez un núcleo patriarcal enla familia. En la actualidad los papeles han cambiado y en cuanto al maltrato domestico se refiere, el hombre también se ha visto afectado a causa de la independencia y astucia que el génerofemenino ha fortalecido a través del tiempo, ya que la mujer representa una posición igualmente importante a la del hombre dentro de la estabilidad de un hogar.
En algunos casos influye en elmaltrato al hombre la inferioridad física y mental que exista en la victima, lo cual conlleva a que la mujer tome ventaja de esas condiciones para someterlo y darle a entender su superioridad,resguardándose en los beneficios que la ley le otorga y generando situaciones de denuncias dudosas.
Naturalmente esta situación conduce inexorablemente a una discriminación cada vez más aguda e insostenible.
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