Ingeniero En Sistemas

La Bancarrota III
No sé si llegarías a meditar nuestras últimas consideraciones en este retiro íntimo de tu alma, allí donde vibran las impresiones que engendran las grandes decisiones. No sé si las meditaste, y no sabes cuánto lo desearía para ti y para mi, pues estoy convencido de que no se puede comunicar “don” mayor que el de la fe viva, ese don de Dios que nos soluciona todos losproblemas, que pone en armonía toda las disonancias de nuestro vivir.
Vimos dos vidas paralelas de dos hombres geniales y sin embargo, con un tremendo contraste en su desenlace. Dos balances de vida muy distintos a pesar de que ambos dispusieron de los mismos medios: talento comercial, fortuna inmensa y existencia suficientemente larga para poder reflexionar sobre el sentido de la vida y así tomar unalógica determinación.
Los dos dormían el sueño de afanes temporales perfectamente satisfechos, pero solo uno de ellos entendió la voz de San Pablo: “Sabed que ya es hora de despertar del sueño”. Por eso no podemos culpar a las circunstancias de nuestro vivir si por desgracia llegáramos a la bancarrota a esa tragedia de la vida perdida, tan frecuente, tan vulgar y a pesar de todo tan terrible.
Sieres joven es posible que te sucedan estas tres cosas: primero, que quieres ser feliz a toda costa, segundo, que te fijas siempre en quién crees que es más feliz que tu, y tercero, que te imaginaras que te queda aún mucho tiempo de vida como para no pensar en nada más que en las cosas de este mundo.
Pero mira. A mí me salvo el llegar a conocer la verdad de las cosas, y creo que a ti no te puedesalvar la ficción, por eso has de saber la verdad: te equivocas en los tres puntos mencionados. Primero, la felicidad es algo muy distinto de lo que tú te estás imaginando; segundo, mirar a los de mejor suerte es un error fatal y tercero, contar con una larga vida es un grave error. Lee las estadísticas para ver cuantos se van antes de los 50, los 40, los 30 y aun los de 20. Pero ahí está eltremendo problema. Aunque no tuvieras más de 20, 25 quizás 30 años, el día que caiga el haber terminado con la misión que en el plan de la Providencia te estaba señalada. Allí no existen prolongaciones ni aplazamientos. Si en ese día no hubieras cumplido fracasarías, harías bancarrota como el criado en la parábola de los talentos.
Recuerdo como si hubiera sido ayer, el primer reproche severo querecibí en mi niñez. Me lo dirigía un joven maestra religiosa en tales términos, que todavía no he olvidado ni el gesto, ni la voz que acompañaron a aquel fuerte regaño. Me decía muy disgustada: -Tú haces lo que aquel criado que en lugar de emplear el talento recibido, se fue a guardarlo bajo tierra.
La profesora me debía juzgar más capaz de lo que yo era en realidad, pues nada me recriminaba miconciencia de 7 a 8 años. Y así, me detuve únicamente en la censura que resultaba de aquella reprimenda para el criado perezoso. En mis sencillísimas pero muy independientes reflexiones, me preguntaba: “¿Por qué no tenía ese hombre derecho a enterrar el talento recibido?, ¿Cómo se le podía imponer la obligación de emplearlo si el mismo no quería?”.
¿Ves en esta insurrección infantil el germenfatídico de lo que hoy llaman “Libertad de conciencia”?, ¿La curva que inicia nuestro fracaso?
He tardado mucho tiempo, muchos años en comprenderlo, pero por fin he comprendido íntimamente que Dios tiene este derecho indiscutible y que ante El, somos como embajadores de un soberano en países extranjeros. El que no cumple fielmente la misión que le fue confiada, pierde su puesto de honor.
También a tite fue señalada una misión que nadie puede cumplir por ti. Pero, ¿Has pensado alguna vez cuál es la tuya?, si no lo hiciste jamás apresúrate, pues no sabes ni el día ni la hora en que va a venir tu Señor a llamarte a cuentas.
Si pudiéramos retener, como en una placa fotográfica los últimos pensamientos claros de los que van; sus últimos deseos, sus últimas angustias, sus últimas alegrías y...