investigacion cientifica
Si hubiese sabido lo que iba a descubrir -que contenía Ébola, una de las enfermedades infecciosa más letales conocidas habría tomado más precauciones de seguridad.
Piot y suscompañeros sólo llevaban puestos guantes de látex y batas de laboratorio de algodón blanco cuando desenroscaron la tapa, tomaron su contenido -viales de sangre infectada de una monja flamenca en Zaire,almacenados en un termo azul y enviados a Bélgica en un avión de pasajeros- y comenzaron a analizarlos.
"Probablemente fue bastante irresponsable. Pero entonces no sabíamos con qué estábamos tratando",dijo el científico que ahora tiene 65 años en una entrevista en su oficina en la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, que él dirige.
"Esos son momentos peligrosos, particularmentecuando no sabes lo que tienes. Esa sangre podía contener altos niveles de virus", agregó .VIRUS ESPECTACULAR
Esta historia tuvo lugar en Bélgica en 1976, cuando Piot y su equipo se convirtieron en losdescubridores del Ébola. El joven científico belga fue a Zaire, que ahora es la República Democrática del Congo, en África central para trabajar en las selvas entre los habitantes y misionerosmoribundos para recoger muestras e investigar la epidemia.
Aún así, cuatro décadas después, la enfermedad que Piot describe como "un virus espectacular y una de las infecciones más letales que puedasimaginar" ha continuado incrementándose en la región, causando brotes esporádicos, pero aterradores que han matado a gente pobre y vulnerable con espantosas fiebres hemorrágicas.
En Guinea, las autoridadessanitarias dijeron el domingo que un brote allí -el primero que se conoce en el país del oeste de África- ya cuenta con decenas casos sospechosos.
La Organización Mundial de la Salud dijo el martes...
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