Jose Y Sus Aventuras

Sentado en la solitaria y algo cómoda carpeta unipersonal, mirando la pantalla que me presenta un ppt, algo que en realidad no entiendo: le doy vueltas y vueltas, pregunto al profesor pero no entiendo… (Pienso) cuando lo entenderé, cuando sabré y aprobaré todos los cursos; cuando me sentiré bien conmigo mismo, con mis padres y las demás personas que confían en mí. Pero esto no va al caso (sigopensando por unos segundos)… en mis costados están las chicas que considero hermosas: Lila y Marjorie (son mi distracción cuando no entiendo eso); en mis delante y parte de de atrás se encuentra los que considero mis amigos: José y Miguel. Al final de la tarde noche, el profesor se detiene, nos dice a cada uno de sus sesenta alumnos que en la siguiente clase acabará ese tema, el cual no he entendido(mi mente se dispara a pensar que haré para comprender)…mmmm. Salgo de la clase conversando con mis amigos, una cháchara llena de ideas de adolecentes: conversar de mujeres, de las bromas y notichismes de la semana. Nos quedamos unos minutos más en el paradero, nos decimos las últimas palabras hasta que el semáforo cambie en rojo y ellos puedan cruzar, mientras yo me quedo y camino unos cuantosmetros hacia mi izquierda donde se aglomera unos cuantas personas más que también quieren tomar el bus que los lleve a su casa o tal vez a otro lugar que desconozco.

Cuando uno espera en un paradero a la mente se le viene diferentes cosas: recuerdas que debes hacer mañana, te acuerdas de eventos que tal vez te ponga alegre o triste (son tantas cosas las que rondan por mi cerebro en esosmomentos)… hasta que de lo lejos ves una luz verde circular y un bus blanco que ha hecho que muchos se movilicen, prácticamente, corres pues al parecer no vas ir parado agarrado del pasamano, pero por suerte fui uno de los primeros en pagar. Conseguí un asiento en la parte final, a lado de una joven algo apreciable (la miré y sonreí, ella también). Uno se sienta, mira que los minutos pasan y el carrode a pocos se va llenando (sigo en el paradero en el que tomé el bus) y eso que al siguiente aún viene una tanda más de personas que van a tomar el bus. Lo primero que hago al sentir aburrido es sacar mi blackberry con mis audífonos y empezar a escuchar música (soy un total escuchante de reguetón: 115 canciones en el celular y 115 canciones de reguetón… que estarán pensando de mí). Ya he escuchadolas primeras dos canciones: la primera la tardeé sin emitir sonido “Viene a la disco a buscar dos palgas y lo que veo es un mar de faldas, llegó la hora de mover la nalgaaa…” y la segunda me dedique a escucharla (esta es una nueva dentro de mi colección musical: Cosculluela con Wisin y Yandel “Soñando despierto”). Para este tiempo el tramo recorrido había sido lo que yo hubiera podido caminar endiez minutos: casi nada nos habíamos movido. Es acá donde dejó la música de un lado y empiezo a observar mí alrededor: el bus está lleno totalmente, uno no se puede mover sin rozar a otra persona.

Las personas acá visten en algún sentido bien: el típico jean; el polito (en las mujeres jóvenes, algunas, algo escotado); la mayoría anda en zapatillas, otros en zapatos, una que otra chica consus pies parcialmente desnudos (algunas lucen sus uñas pintadas). Cuando digo bien, se nota entre los que subió conmigo y uno que otro que vi al subir al bus: usan ropas, que tal vez, sean de marcas (esto lo puedo notar y lo podría ejemplificar con una frase de mi hermano: “No me gusta los polos de marca por que la mayoría e veces se dedican a lucir los nombres de la marca y a mí me gusta los quetienen figuras llamativas”.). Por otro lado, la forma en cómo hablan y de lo que hablan hace notar que la situación social en la que viven los diferencia mucho de otros: hablan de la universidad, especialmente del alza de las pensiones (esto hace notar que pertenecen a una universidad particular), hablan de la fiesta a la que asistieron el fin de semana, entro otras cosas. Cerca de mí escuche a...