Juan Manuel de Rosas

11 de Marzo de 1877; Southampton, Inglaterra.
-Papá, papá, llegó el periodista- le dijo Manuelita a su padre, Juan Manuel. –Gracias Hija. Ayúdame a levantarme por favor- respondió. En cuanto Juan Manuel estaba acomodado y sentado en su sillón favorito, Manuelita abrió la puerta:-Pase, pase. Póngase cómodo. –Gracias, lo haré- respondió el periodista, llamado David. –Mi padre está en la sala. Deje su abrigo aquí… ¿Le puedo ofrecer algo para tomar?–No, muchas gracias. Estoy bien. Ya en la sala, David se paró frente a Juan Manuel. Educadamente, se presentó: -Que tal, un honor saludarlo, mi nombre es David Fredrikson.–Juan Manuel, siéntese por favor. –Gracias. Mientras David preparaba las cosas para escribir, le explicaba a Juan Manuel: - Haremos la entrevistaa su manera. Pararemos donde quiera y pondremos sólo lo que usted quiera en el libro. ¿Le parece bien? –Excelente -respondió él con una sonrisa en la cara. –Bueno, empecemos. Cuénteme acerca de sus padres…-Bueno, mi padre fue un militar, León Ortiz de Rozas y mi madre fue una estanciera, Agustina López de Osorno. -David escribía cada palabra que salía de la boca de Juan Manuel- Se casaron el 30 de Septiembre de 1790. Tuvieron 20 hijos. -¡¿20?!- preguntó sorprendido David.–Sí, 20. Lamentablemente 5 murieron al nacer, así que quedamos 15. –Oh, lo siento mucho. Continúe por favor. –Está bien. Mi madre tenía una estancia, “El Rincón de López”, de allí su gran fortuna. Mi padre realizó diversos trabajos; fue capitán delRegimiento fijo, en 1780, participó en una expedición a Paraguay y fue administrador de los bienes de La Corona en el Río de la Plata. En 1839 enfermó gravemente y a pesar de los cuidados que mi madre y nuestros hermanos le dimos, murió el 13 de Agosto de 1839. –En ese momento Juan Manuel estaba emocionado, con los ojos vidriosos- Manuela…tráeme un pañuelo y un vaso de agua por favor.–Enseguida padre –Respondió ella. –Bueno ¿Podría contarme algo de su infancia? –Preguntó David. –Como no- Juan tomó un trago de agua y siguió- Nací el 30 de Marzo de 1793 enBuenos Aires. De los primeros años de mi infancia no recuerdo mucho, sólo que, a los 8 años de edad ingresé a un colegio privado –Largó una carcajada- ¡Cómo olvidarme de ese día! Mi maestro tenía una naríz enorme y no podíamos contener la risa. Ja ja ja ja!! Los dos echaron a reír descontroladamente. En cuanto Juan estaba por seguir hablando, Manuelita lo interrumpió:...