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n muchos de los cuentos de
Julio Cortázar se percibe una intención deliberada del autor para poner en crisis la explicación lógica de los
acontecimientos cotidianos. De tal manera
que la realidad, a la que estamos habituados, solo
constituye un primer plano; pues lo “otro”, lo desconocido –para Cortázar–, también forma parte de la realidad, también es real. Así tenemos, en algunos de suscuentos, dos planos distintos de una misma realidad.
En este contexto, la figura del gato (y sus funciones artísticas) adquiere una relevante importancia ya
que se encuentra en la mayoría de los libros de cuentos
del escritor argentino, desde una simple mención (aparentemente) hasta la que adquiere un valor simbólico:
Bestiario (1951), Final de juego (1956), Las armas
secretas (1958), Octaedro(1974) y Queremos tanto
a Glenda (1980). Y no solamente en sus cuentos, sinotambién en la producción novelística, cuando menos en
su novela más conocida, Rayuela (1963).
En la literatura, se puede seguir el uso artístico que
ha tenido el gato. Concretamente la función de “mediador de espacios, tiempos y realidades” como observa Morell en su estudio (283). Esta función mediadora
del gato–siguiendo a Morell– ha sido tratada por diversos autores, entre los que destacan Charles
Baudelaire, Lewis Carroll, Jorge Luis Borges y, por
supuesto, Cortázar.
Este estudio tiene por objeto primordial determinar
la función del gato en tres cuentos de Cortázar: “Cuello de gatito negro”, del tomo titulado Octaedro, “Orientación de los gatos” e “Historia con migalas”, ambos
del volumen Queremos tantoa Glenda. Dada la enorme cantidad de referencias que se hacen a los gatos
en los distintos volúmenes, se presentarán todas las que
aparecen en Octaedro para dar una idea más precisa
y global –cuando menos de un libro– de la enorme importancia que el escritor argentino atribuye a este animal en su obra.
Antes de continuar, es necesario abrir un paréntesis para aclarar que a partir de lapublicación del libro
de cuentos Las armas secretas (1958), específicamente
del texto titulado “El perseguidor”, la obra literaria
cortazariana cambió de dirección, como lo ha señalado
la crítica y el propio autor lo explicó con detalles en
entrevistas de que fue objeto. El cambio consiste en
que es a partir de “El perseguidor” cuando el escritor
se interesa por el hombre. Si bien es cierto que enlos2 ENERO-MARZO 2009
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cuentos anteriores a Las armas secretas hay personajes muy bien delineados (recuérdese a Celina de
“Las puertas del cielo” o al personaje femenino de
“Circe”, solo por citar algunos ejemplos) lo que su
creador buscaba, “aquello –habla Cortázar– en lo que
ponía el acento era el cuento mismo, la situación, el
mecanismo fantástico que yo pretendía con ese cuento”(González, 12). En la misma entrevista agrega en
forma contundente: “Pero le puedo decir que si en
ese momento, a los efectos de conseguir el cuento,
hubiera tenido que sacrificar parcialmente la humanidad de un personaje, creo que lo hubiera hecho. En
cambio, en ‘El perseguidor’ la actitud es muy diferente: el cuento gira en torno al personaje y no el
personaje en torno al cuento” (González,12).
El hecho de distinguir estas etapas –por llamarlas de algún modo– en la escritura de Cortázar adquiere un especial interés en lo que respecta a la
figura del gato, pues en ambas etapas el felino está
presente. En la primera etapa, el cuento estudiado
por Morell, “Final del juego” puede considerarse como
el más representativo; aunque también se puede se-
ñalar un antecedente muy interesanteen el primer
libro de cuentos de Cortázar, Bestiario,
específicamente en “Circe”.
En la segunda etapa puede asegurarse que es en
“Orientación de los gatos” donde se expresa más
abiertamente el simbolismo mediador de espacios que
significa el gato. Aunque no se determina el color del
mismo en algunos relatos, en los que sí se menciona,
el color negro es el único escogido, como si...