La construcción simbólica del poder religioso.

La construcción simbólica del poder religioso
Miguel A. Romero Morett

Presentación

Mediante el presente artículo pretendo efectuar un acercamiento a la construcción simbólica del poder religioso, es decir, a las dinámicas sociales mediante las cuales las instituciones religiosas adquieren y edifican su poder frente a la comunidad de sus feligreses y frente a los agentes más importantes dela colectividad, por la vía de la significación. La reflexión que aquí se propone se ubica en el escenario del creciente y consolidado poder que las instituciones religiosas y, en un sentido más amplio las religiones, han adquirido en nuestro país y el mundo.

Ese poder religioso, tal como lo vemos, trasciende los límites de las feligresías nacionales, se expande hacia las feligresías en elmundo, se instala contundentemente en las conciencias de los individuos y las colectividades y, en sus aspiraciones de universalidad, pretende dictar lineamientos de acción pública a los poderes soberanos de los estados y a los ciudadanos de cualquier credo o carentes de credo. Las instituciones religiosas opinan sobre todos los temas sociales, orientan en torno a la moral y las buenas costumbres,generan políticas públicas y se han convertido en interlocutores de todos los agentes sociales. ¿Cómo es que las religiones y en particular sus estructuras administrativas han cobrado tanto poder? Dado que obedecen a lógicas diferentes e incluso opuestas, ¿cómo concilian sus decálogos morales por una parte, con el ejercicio práctico del poder, por la otra? Esa es la cuestión que me planteo.

Elpoder se protege a sí mismo

Durante el verano de 2004 tuve la oportunidad de efectuar una estancia académica en la Universidad de Nariño, ubicada en la capital del Departamento de San Juan de Pasto, casi frontera con El Ecuador y, para ello, hice una escala en la ciudad de Bogotá, cuyo centro histórico visité muy complacido. A espalda de la sede del Senado se halla un extenso jardín en cuyoextremo figura el Palacio presidencial de Nariño. Para mi decepción no había acceso ni al jardín ni al palacio, así que, como consuelo, fui bordeando el jardín, muy cerca de la larga reja de hierro que le daba perímetro. Me llamó la atención que los colombianos caminaran por en medio de la calle y pensé que gozaban del cierre al tráfico de vehículos. En unos minutos supe la verdadera razón. Uno delos guardias presidenciales, sin ser grosero pero con un tono enérgico me dio la orden de que bajara de la banqueta y caminara por el arroyo, lo cual hice inmediatamente.

En esos instantes resumí mi experiencia durante el primer cuadro de la ciudad. La catedral casi siempre estaba cerrada, con excepción del tiempo que duraba la celebración de los oficios matutinos; la sede del Senado de laRepública estaba cercada por una serie de barreras metálicas móviles; el tránsito vehicular en el área estaba permanentemente suspendido; y junto a ello, hasta las aceras estaban vedadas. La reflexión que me hice fue la siguiente: ¡Cómo se protege a sí mismo el poder en este país! Posiblemente razones no faltan, en la medida que Colombia ha estado sitiada por diversos grupos militares, todos armados, losnarcotraficantes, los paramilitares, la guerrilla y, por supuesto, las fuerzas militares, el ejército, la marina y la policía. Pero el reconocimiento de estas condiciones sólo confirmó mi apreciación. ¡Cuántas razones tiene el poder para auto protegerse!

En esta historia radica el detonante de la reflexión que propongo en el presente artículo, en el cual habré de dilucidar algunos de losaspectos semióticos y semánticos de los que se vale el poder no solamente para darse cobertura, sino para edificarse a sí mismo. Una circunstancia adicional ha motivado este trabajo, las expresiones de poder que tuvieron lugar en la ciudad de El Vaticano durante la muerte del pontífice romano y la elección de su sucesor. En este caso estuvieron presentes una serie de elementos análogos a la vivencia...