La Desinformacion Bélica

AY ocasiones en las que la popularidad de los periodistas y de los medios a los que representan descienden a su nivel más bajo. Cualquiera de las guerras de nuestra historia más reciente podría muy bien servir de ejemplo ilustrativo. En la sociedad de la información, en toda guerra hay dos guerras: la que se da en el campo de batalla y la que se da en los medios de comunicación. Sin embargo, losperiodistas eluden poner remedio a una situación que, hoy como ayer, tanto en Kosovo como en las Islas Malvinas, vuelve a poner en tela de juicio su profesionalidad, honor y dignidad.

Tampoco la gente encuentra otro medio de informarse distinto a las noticias televisivas a la hora del almuerzo, o por medio del periódico durante el bocata mañanero. Al ciudadano medio le determina más el afánde informarse que la convicción de que en realidad está desinformándose. A la mayoría de los periodistas les inquieta más llegar al cierre con algo de alimento para las rotativas o los editores televisivos, que si ese alimento es realmente digerible y sano. Todos contentos. Unos, porque no fallarán a su cita con ellos los telediarios o periódicos que les sirven de entretenimiento, y les dan lasúltimas noticias de esa nueva y lejana guerra; los otros, porque las ventas y audiencias suelen aumentar en situaciones así, y porque una guerra siempre da mucha cancha para escribir sobre ella.

Son muchos los libros que se han escrito, sobre todo en estas últimas décadas, sobre la labor periodística, sobre sus virtudes y miserias, acerca de su amplitud de miras o enormes limitaciones, sobre elidealizado periodista romántico o los buitres carroñeros que a veces destacan sobre aquellos. Pero es una realidad que la responsabilidad de la prensa[1] en una guerra suele ser infinitamente mayor que la que la ciudadanía menos informada puede sospechar. En los actuales sistemas democráticos, en los que, se supone, las decisiones políticas emanan en última instancia del pueblo, no puede haberguerra sin el apoyo de éste, o al menos sin que exista la convicción de que los ciudadanos no se opondrán abiertamente a ella. Pero eso no ha sido muy distinto a lo largo de la historia. Todas las guerras del pasado se fundaron en una premisa básica: sólo si los ciudadanos y soldados creen en la justicia de la guerra estarán ansiosos por destruir al enemigo.

Vietnam y el Golfo pérsico: unapara ver y otra para aprender

De todos es sabida la enorme influencia que tuvieron los periodistas norteamericanos en el resultado de la guerra que su país sostuvo, en contra del Vietcong comunista, en la antigua colonia francesa de Vietnam. En esa ocasión, la opinión pública norteamericana, en un proceso sin precedentes en la historia, acabó por ponerse en contra de su gobierno por elsostenimiento de una guerra, en buena medida a causa de las informaciones que le llegaban a través de la prensa. Los informadores del conflicto, contrariamente a lo que hoy sucede, tenían acceso directo a los frentes de batalla, disponiendo así de cuantiosa y fiable información. Las fotos de rostros calcinados, de jóvenes cuerpos mutilados por la puntería enemiga, de antes vivos, y en la imagen muertos,compatriotas norteamericanos contribuyeron día a día a minar los planes bélicos de los mandos militares.

De ahí el miedo que hoy se tiene desde la OTAN a intervenir en Kosovo mediante un despliegue terrestre de sus tropas. El peligro de que haya bajas en el propio ejército se acrecienta en una operación de ese tipo. Pero mucho más lo hacen las dificultades de controlar a la prensa. La guerraes ante todo, como decía Churchill, «una guerra de mentiras». Debería haber añadido que siempre se hace más difícil mentir sobre los muertos, cuando se pueden contar sus ataúdes y sus nombres salen publicados en la prensa. Aquellas imágenes emitidas desde Bagdad, en lo que se asemejaba más a una exhibición de los hermanos Toste en Los Realejos que a un fatal bombardeo, vuelven a repetirse hoy...