la edad de oro

La edad de Oro
El lunes pasado preste servicio voluntario en el asilo de Isabela, Fue la primera vez que asisto a dicho lugar en el pleno campo, la impresión que recibí fue muy impresionante.Había mucha seguridad, enfermeras y sobre todo ancianos, pero de toda la travesía, lo más triste es que la mayoría de ellos habían sido olvidados por sus familiares. Uno de los ancianos en el cual mantuveuna larga conversación me expreso que hacía más de cinco años que no ve a sus hijos, y eso que a pesar que dos de ellos viven en Isabela; el otro en Mayagüez. Sus ojos se llenaron de llanto alrecordar sus momentos de joven y el inmenso abandono de su familia causaba ese inmenso dolor incontenible. Otro señor se encontraba en una situación parecida, pero peor. Sufría de Alzheimer y por falta depersonal altamente capacitado no podía recibir siempre tratamiento.
Realmente no puedo expresar ese sentimiento que me causa ver a esos pobres viejitos, esas caras de sufrimiento y abandono con lasesperanzas de que algún día los vayan a ver o a sacar d ahí los mata de angustia. Me llena mucho de ira las personas que le hacen eso a sus pobres padres dejarlos a la merced de cualquiera yabandonarlos después que ellos dieron la vida por nosotros desde muy pequeños, nosotros tenemos esa deuda con ellos y pagarles así es de gente sin corazón y sobretodo sin dignidad.
Esta reflexión me ayudo ysobre todo a aprender a valorar lo que tengo a mi hermosa abuela que me ama y da lo que sea por verme feliz, la que día a día me tiene un plato de comida y me llama solo para pregúntame ‘yoyo estasbien? Vas a venir a comer?” pequeños detalles de amor que valen mucho. Agradezco mucho tener una familia que le brinda su amor y gran apoyo y en los momento más difíciles estamos ahí para ella. Mienseñanza a los demás de ahora en adelante es que valores y que jamás le hagan eso a sus padres porque si ellos te llevaron de la mano desde que están pequeños hasta la mayoría de edad ahora tu gran deber...