La escuela entre la oferta igualadora y la demanda diferenciada
Qué hacemos con esa institución o qué nos dejó la modernidad
Pablo Pineau
En el lapso de tiempo abierto aproximadamente entre lasdécada de 1870 y 1980 el predominio de la escuela como forma educativa hegemónica en todo el globo ha sido casi total, y sin duda se ha constituido en una de las marcas de época. Es posible rastrearen la bibliografía un conjunto de hipótesis que se proponen explicar este hecho. La escuela aparece así como hija de la República, hija del Capitalismo, hija de la Cultura Letrada, hija de la Nación ohija de la Sociedad Burguesa entre otras maternidades y paternidades posibles. En su conjunto, todas ellas resaltan su carácter moderno y modernizador, presentan la íntima vinculación que existe entreescolarización y modernidad y, a partir de la cual la conciben como una "construcción moderna constructora de modernidad". El sistema escolar ha sido uno de los motores principales del triunfo de lamodernidad, así como se ha convertido en una de sus mayores creaciones. Escuela y modernidad parecen haber establecido una relación de producción mutua, una sucesión por la cual una genera a la otracomo si fueran el día y la noche. Mediante complejos y eficaces dispositivos, la escuela moderna construyó subjetividades que comulgaban con la cosmovisión moderna. A ser moderno se aprendía, principalpero no exclusivamente, en la escuela. Ella enseñaba a actuar sobre el mundo de acuerdo a ciertas premisas y matrices que se articulaban con los efectos de otras instituciones modernas como lafamilia, el hospital, el cuartel y la fábrica.
Hemos sostenido en varios trabajos (i) que el triunfo de la escuela en el siglo XX se presentó asociado a los ciclos de expansión basados en la "ampliaciónde la oferta" típicos de esa centuria, para los cuales los sistemas educativos cumplieron la función de garantizar una homogenización ética y estética, basada en la moral burguesa y el "buen gusto"...
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