La Hacienda

DIÁBOLICO

No se que fue lo que paso, nosotros solo planeamos ir a una investigación en ese pueblo de La Piedad, Michoacán, desde que llegamos sentimos una presencia no usual en ese lugar. Nos hospedamos en el mejor hotel del pueblo pero recordé que mi tía Clara vivía en un municipio cerca de donde íbamos hacer nuestra investigación, la gente era extraña, en particular uno de los mozos delhotel que lucia en un intento de estar presentable con una camisa blanca y se notaba que acababa de comer por que tenia una mancha de salsa de tomate sobre su camisa, el pantalón ligeramente roto de la parte del cierre y apestaba exageradamente a sudor, pero él en especial se nos quedó viendo de una manera muy rara, me dio una sonrisa con una falta de dientes de enfrente ligeramentepodridos.

En ese momento reaccioné y dije mi gran idea, que no la debí haber dicho, de no haberlo dicho…, ya no importa, el hubiera ya no existe. Después dije lo del rancho de mi tía Clara, como todos estábamos espantados por la forma de actuar de toda la gente, todos dijeron –si- automáticamente, enseguida tomamos nuestras maletas y nos fuimos de ese lugar.

En camino al rancho de mi tía Claratodos nos sentíamos observados por una presencia fuera del coche, era como si anduviera a la par del auto junto con nosotros, nadie de nosotros quería hablar y era raro por que éramos un grupo que de todo hacíamos bromas, el silencio era un poco escalofriante y se podía sentir la tensión que había en ese momento, lo mas extraño de todo es que nadie de nosotros decía lo que todos queríamos decir, quenos queríamos ir. De pronto, Ana una de mis compañeras estaba empezando la plática con Carlos acerca de lo escalofriante que fue la visita del hotel:

Ana.- ¿notaste lo raro del mozo del hotel?, era como si no quisiera que estuviéramos ahí, realmente me dio mucha desconfianza.

Carlos.- (con cierta duda y miedo) no, no lo vi (con voz temblorosa)

Eran alrededor de las ocho de la nochecuando una de las llantas se zafó, todos gritamos y Gilberto maniobro el volante de manera que ningún coche nos fuera a arrollar, estaba lloviendo y la carretera estaba sola, alrededor solo había bosque, la tensión aumento mucho por que nadie sabia que hacer.

Todos estábamos muy angustiados por que éramos chicos de ciudad y nunca habíamos viajado para esos interiores de la república, yo sólo viajeuna vez cuando estaba muy chico y visite junto con mis padres a mi tía Clara; recuerdo que esa hacienda era muy oscura, aunque mi tía Clara y toda la servidumbre era muy amable en ese tiempo, la casa no dejaba de ser tenebrosa, sobre todo el bosque y el cementerio que había enfrente de ella, era un cementerio del tiempo de la Revolución, las lapidas eran muy antiguas, el continuo saqueo decadáveres hacia de ese lugar un lugar para no visitar, el ver huesos y todo ese tipo de cosas no son mi pasatiempo, y aunque mi tía me contó muchas historias de cuando era niña, al principio, reconozco que si me dio mucho miedo pero después ya me acostumbré a la Hacienda.









LA OSCURIDAD

En un momento de lucidez de todos los recuerdos que tenia respecto a ese lugar, recuerdo que yopuse una llanta de repuesto en la cajuela del auto de Carlos y enseguida cambiamos la llanta lo más rápido posible, lo extraño de ese momento fue que durante las dos horas de estar ahí en la carretera nunca paso un solo coche, y esa carretera es la que cruzaba todo Michoacán.

Al llegar a la entrada de La Hacienda nos recibe Venustiano López el encargado de abrir la puerta y él no me habíareconocido en ese momento, pero se acordó y me dijo:

Venustiano.-Hola niño, perdón, joven, desde hace mucho que no lo veía, ahora es usted todo un joven, ¿que lo trae por aquí?

Luís (yo).- Extrañado y apenado con mis amigos por el recibimiento le dije:

-Bien Don y ¿como esta la familia y los niños?, en ese momento el cambio el semblante y no me respondió la pregunta.

Pasamos y leímos...