La hora de todos de quevedo

La Hora de todos y la Fortuna con seso, estudio del cuadro XXXIV: « los Alemanes »

1. Destacar el contexto de la sátira y los grupos que toma por blanco.
Francisco de Quevedo termina de escribir La Hora de todos y la Fortuna con seso en 1635. Durante estos años el escritor se encuentra en la cima de su carrera cortesana tras haber sido nombrado en 1632, secretario del monarca Felipe IV.En esta obra, Quevedo, experto, debido a su cargo, en los asuntos políticos, lanza una crítica virulenta a diversos grupos sociales, costumbres y personajes de su época utilizando hábilmente la anfibología, los neologismos y otras figuras del arte de la estampa grotesca.
En el capítulo XXXIV, Quevedo emprende un ataque hacia los alemanes, lo que le permite embestir al mismo tiempo a otros gruposcomo el de los suecos, el de los electores del Sacro Imperio y sobre todo al de los franceses. Podríamos decir, en resumidas cuentas que Quevedo ataca frontalmente a dos grupos: el de los protestantes, en que se incluyen a alemanes, suecos y electores del Sacro Imperio y el de los franceses, que no son criticados únicamente por su herejía, sino que son blanco de una verdadera “franco fobia” porparte de Quevedo.
Para poder comprender las graves acusaciones propinadas a estos grupos, debemos referirnos al complejo contexto político de la época, es decir, la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).
Este conflicto puede definirse en un principio de guerra inter-confesional pues opone a fuerzas cristianas: las católicas y las protestantes. Tras la Paz de Augsburgo de 1555, que debía permitirla convivencia entre protestantes y católicos, la situación fue deteriorándose cada vez más hasta que en 1618 tiene lugar el preludio de una catástrofe que, por un juego de alianzas y la intervención de luchas por marcar la hegemonía política, terminará transformando un conflicto religioso en una guerra general europea en la que se verán involucradas las grandes potencias de la época como:Alemania, Francia, Suecia, España, etc.
Aunque Fernando de Habsburgo había continuado con la lucha anti reformista del emperador Carlos V, sus ambiciones eran de ámbito territorial y por lo mismo transigió bastante frente a los protestantes que lograron propagarse al interior del mismísimo Sacro Imperio Romano Germánico. España desde un principio prestó ayuda a sus parientes formando entonces un bando“católico” opuesto a los alemanes protestantes, que forman el primer grupo tomado por blanco por Quevedo.
Por eso no resulta extraño que comience su cuadro llamando a los alemanes “herejes y protestantes”. No debemos olvidar que Quevedo es fiel al monarca español y en su sátira defiende los intereses de la corona. Por oposición a los valores propugnados por la corona española de la época, el serprotestante y “hereje”, constituyen taras desmesuradas e incurables, como lo subrayara más adelante el escritor y pensador político.
La crítica a los alemanes permite desde las primeras líneas abrir las hostilidades hacia otros grupos, como el de los suecos, por ejemplo.
Suecia, durante la guerra de los treinta años fue una potencia creciente, cuyos intereses eran extender su dominio y obtenerinfluencia económica de los territorios situados alrededor del mar Báltico.
Es interesante fijarse en los términos con los que define a este grupo, es decir “la tiranía de los suecos”.
El término de “tiranía” no es escogido de manera arbitraria. Este hace sin duda alusión a la decisiva intervención del rey de Suecia durante los conflictos bélicos. En efecto, Gustavo II Adolfo, rey de Suecia yprotestante convencido, acudió en ayuda de los luteranos alemanes para prevenir una posible agresión católica en su país y para imponer su hegemonía económica en los Estados situados alrededor del mar Báltico. En ese contexto, la acusación de Quevedo recobra su sentido inicial: el rey de Suecia es tirano, pues no es católico y su gobierno es abusivo al intervenir de esta manera. Aunque desde...