La literatura como modeladora social de los chilenos

LA LITERATURA: MODELADORA SOCIAL DE LOS CHILENOS

Me parece importante plantear al inicio de esta ponencia una disyuntiva: ¿Es nuestra sociedad la que nutre a la literatura o es esta última la que nos ha modelado desde siempre, nos ha forjado, de algún modo, como una comunidad con identidad?
Si me concentro en lo aprendido durante la formación inicial, me veré obligado a optar por lo primeroy así la literatura sería la responsable de recoger el vaivén cultural, de traducirlo, hermosearlo y, finalmente, volver a presentarlo a sus motivadores. Pero desde otra óptica, que es la que deseo compartir, creo que es también posible pensar en que nuestro modo de ser bien puede originarse en la necesidad de adaptarnos a vivir día tras día un sueño: el sueño de las letras. Desde este particularsueño se ha construido y, lo más significativo en el presente, se continúa construyendo nuestra identidad.
¿Puede nuestra identidad enraizarse en algo tan inasible como la palabra? Las personas somos constructos lingüísticos y nos definimos según lo que hemos aprendido, de lo que otros dicen o de lo que decimos en relación con nosotros mismos. El “ser” chileno resulta así un producto moldeadogracias a la concurrencia de las palabras. Si llevamos esto a su máxima realización nos encontraremos con que nuestro esplendor se ha obtenido cuando se ha privilegiado la función estética del lenguaje, cuando ha reinado la literatura. Es por eso que no nos deja indiferentes, más aún nos enorgullece escuchar que Chile es “un país de poetas”; así, todos somos poetas; nada mal para empezar.
El iniciodel sueño
Los primeros antecedentes de nuestra existencia como nación surgen, paradojalmente, de un militar con deberes de literato: don Pedro de Valdivia, que tuvo que lidiar con las “Cartas de relación”, material con el que luego habríamos de lidiar los profesores de castellano. En ellas abundaban las descripciones del buen trabajo que realizaba el vasallo de Carlos V por acá, pero se hablabapoco de los habitantes de esta tierra. Tendríamos que esperar la llegada y el talento de don Alonso de Ercilla y Zúñiga, un literato con deberes militares, para encontrarnos con una descripción más exhaustiva de los nativos, aunque sabemos que dicha exposición distaba un poco de la realidad.
“Y si a alguno le pareciere que me muestro algo inclinado a la parte de los araucanos, tratando sus cosasy valentías más estendidamente de lo que para bárbaros se requiere, si queremos mirar su crianza, costumbres, modos de guerra y ejercicio della, veremos que muchos no les han hecho ventaja, y que son pocos los que con tan gran constancia y firmeza han defendido su tierra contra tan fieros enemigos como son los españoles. Y, cierto, es cosa de admiración que no poseyendo los araucanos más deveinte leguas de término, sin tener en todo él pueblo formado, ni muro, ni casa fuerte para su reparo, ni armas, a lo menos defensivas, que la prolija guerra y los españoles las han gastado y consumido, y en tierra no áspera, rodeada de tres pueblos españoles y dos plazas fuertes en medio della, con puro valor y porfiada determinación hayan redimido y sustentado su libertad, derramando en sacrificiodella tanta sangre así suya como de españoles, que con verdad se puede decir haber pocos lugares que no estén della teñidos y poblados de huesos, no faltando a los muertos quien les suceda en llevar su opinión adelante; pues los hijos, ganosos de la venganza de sus muertos padres, con la natural rabia que los mueve y el valor que dellos heredaron, acelerando el curso de los años, antes de tiempotomando las armas se ofrecen al rigor de la guerra, y es tanta la falta de gente por la mucha que ha muerto en esta demanda, que para hacer más cuerpo y henchir los escuadrones, vienen también las mujeres a la guerra, y peleando algunas veces como varones, se entregan con grande ánimo a la muerte”1. En esta primera semblanza, se instala una idea elemental que tenemos respecto de nosotros mismos:...