La Marca Indeleble

Historia de familia
Graciela Azcárate
La marca indeleble

Biblioteca Azcárate de León, donada por Pablo y sus hermanos a la Fundación Sierra-Pambley.
La biblioteca formaba parte del legado de su tío Gumersindo de Azcárate.

"Un apellido es una marca indeleble, y queramos o no, a él vamos unidos y por él somos presente de lo que fue pasado"
 
Pedro González Blanco

“Hola chicos, aquíles envío unas fotos de una escritora que me encontré perdida en la montaña, en la Reserva Científica Ébano Verde... la rescaté para que no se la comieran los bichos feroces que andaban merodeando.
Besitos, Liza Tejeda Parra.
Correo electrónico para Mauro y Juan Miguel Bisso Azcárate. Viernes, 18 de mayo de 2012, Jarabacoa

En uno de los periódicos digitales esotéricos que anuncian un junioespecial uno de los pronósticos dice así: “Por las próximas semanas un conjunto de acciones y circunstancias alteraran la rutina diaria, trayendo cambios significativos tanto a nivel personal como colectivo. (…) El pasado como especie y nuestro futuro como almas, está siendo diagnosticado a través del uso que le damos a nuestra memoria hereditaria.”

Ese “El uso que le damos a nuestra memoriahereditaria” me ha estado resonando y se encadenan sueños y premoniciones que aparecen en mis notas. Hace unas cuantas semanas en los cuadernos se reitera esta pregunta: ¿Por qué aparece Maria Eugenia Chacón de De La Sota y papá diciéndome que vuelva a la isla que ahí está la clave? ¿Será el asunto de la memoria hereditaria?
Estoy como una vieja apache mandando señales de humo, escribiendocartitas cibernéticas, agitando el pañuelo de naufraga o no, o mejor dicho de emprendedora de una nueva vida. Y nadie me responde, ni acusa recibo de las cartas, de los mensajes cifrados ni del humo que envío como el poeta y músico dominicano
¿Serán los efectos de las gotitas para el desamor recetadas por Chamancito los que me traen en sueños a mi bisabuela argentina Maria Eugenia Chacónde De La Sota, intercalada mi ancestra entre las notas que me envían Ulises y Pascual?
Pascual me escribió hace unas semanas: “En esta última entrega se confirma el positivo proceso evolutivo de la autora en su constante búsqueda de la luz de la verdad. Se nota la independencia de criterios intelectuales, políticos, éticos y morales que la hacen parte de un grupo selecto de seres humanos que alpasar del tiempo alzan la vista al sol. Debe sentirse satisfecha… Felicidades.”
Bendito sea ese buen hombre que escribió hace unos días: “Después de permitirme el atrevimiento de preguntar quién es quién en la foto en donde aparecen dos adorables damas, diré lo siguiente…”
El dio en la clave como diría papá cuando preguntó por esas adorables damas. Una es sin duda Liza, que salvó a laescritora perdida entre las montañas, en la otra no me reconozco. Si supiera Pascual, que esa no soy yo. La otra, esa corpulenta y canosa señora mayor es mi abuela navarra-asturiana. La madre de mi padre. Es Pia Maura García Artamendi de Azcárate. Es la abuela que no conocí, la que se murió en 1953, a la que convoqué hace veinte años en una historia titulada “Roncesvalles” y a la que sin saberevoqué en la Reserva Forestal Ébano Verde, de la mano de su esposo y delante de sus dieciséis hijos por los caminos de la montaña asturiana en busca de Dios.
Extraña foto esa que tomó Liza para mis hijos y que de pronto me lo dijo todo.
Ese "Ir a la emigración es ir a la guerra" en boca de un español, en Cuba, en 1890 resonó como una epifanía. Como si aquello que escribí el 5 de junio del2004 me trajera, de la mano de Liza, como esa Venus que regresa después de ocho años, para constelarse dos veces cada cien años en el cielo diciéndonos cosas, augurándole a esa escritora perdida en las montaña del Caribe que al final de un largo periplo había podido reunir a sus mayores.
Perdida en las montañas he logrado reunir a mi padre con los suyos, los he reunido en las...