la modernidad

Capítulo 2
La modernidad
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latinoamericana
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Losdeterminantes cultmales cle los proyectos de
autonoda y control en Améríca Latina
Hemos dicho q u e toda modetnizaci6n es un campo
interpreiativo, un campo disputado de s i e c e a d a donde se lucha
por i n s ~ u b n a l las
m signrfropici~
i m w a sde la modanidad en algún sentido determinado. Rsto Unprica que la estructura
biisiat da foshbQlicas de un @S o M&,las tsmkncias
c u l M e s mttales,tienen m impacto d&&m&xmte en la manera
como ese pah O mgi6n resuelve en la pcbticer las zwpuestas institucioiiates a las signifiwioms ima@nariim rte la modeniiw.
Eshi&ar la modernidad m Arn&ica Latina es,por lo tanto, estudiar los parmbros cuiturdes que cmtribuyeron a precisar las
concreciones institucionales de l a tres probhiiticaar a que se re
fiie-re: Wa$n.er (plática, taspistémica yBE:OPZ-3.
Es q u f donde
surgen las d i f i i i a s cm Ewmpa y 33stardos Unidas, p mucho
que las tres ~~:&omcxf
busquen dar resgmsm a las mismas dimensiones de autanomh y control propias de Éada mtxkmickd.
Sin embargo, para entende m.kcuadameatela manera como
los factores cliltwa7tes inflwewian las r c i s p ~ ~
institwionaies
m
a las tres pl~blemiticasde la modsnidad ea AsnMca Latina es
ne c d o tdtar las mncepciones esmeislñstaxs de la wltura y
da la identídad cul.hrralque tienden a fijar 1- signiík9dos &mbolicos de una vez para siernp~ey que no @onsidenanla
posibilidad $e los cambios culmdes. El esmciilisttlbas fuente
de mucha@posicicules trdicianalistm que deae~nfimde la

modernidad y la encuentran incompatible con la cultura y la
modernidad latinoamericanas. También esfuente de posiciones
pro-modernistas, igualmente equivocadas, que creen que, para
llegar a ser moderna, América Latina debe reemplazar su propia identidad por una venida de Europa.
Aunque los procesos modernizadores principales en América Latina comienzan más bien tardíamente con el logro de la
independencia, no cabe duda que los rasgos culturales formados en los tres siglos de la coloniacondicionan el cardcter que
esos procesos asumieron desde entonces. Claudio Véliz ha sostenido, con buenas razones, que en América Latina se dan cuatro
ausencias históricas claves que condicionan los orígenes de la
modernidad y que marcan diferencias sustanciales con la modernidad europea: la ausencia de feudalismo, la ausencia de
disidencia religiosa, la ausencia de una revolución industrial, laausencia de algo parecido a la Revolución Francesaso.
Si esto se pone en términos positivos, es decir, en términos de
lo que realmente existió en el lugar de estas ausencias, se podría
decir que, en primer lugar, hubo centralismo político no desafiado
por poderes locales; en segundo lugar, un monopolio religioso católico no amenazado por denominaciones protestantes ni por
movimientosreligiosos populares; en tercer lugar, una orientación
económica exportadora de materias primas al comienzo y, poster i o ~ e n t euna
, limitada industrialización promovida y controlada
por el Estado, que no creó ni una burguesía ni un proletariado industrial fuertes e independientes; y, por último, un poder polftico
autoritario que dejó paso a una democracia creada formalmente
desde arriba, sinbase de sustentación burguesa o popular y, por lo
tanto, marcadamente no participativa.Todos estos elementos apuntan a una marcada tradición cultural centralistaen América Latina.
El proyecto de autonomía en América Latina comienza por
una coyuntura histórica externa -la invasión napoleónica de la
Península Ibérica- más que por un movimiento libertario
endógeno de las colonias. Aun si esta...