La Muerte De Alberto Nisman Y La AMIA
LA MUERTE DE ALBERTO NISMAN Y LA AMIA: ¿A QUIÉN LE IMPORTA
LA VERDAD?
15 Febrero 2015
El historiador Ezequiel Adamovsky preparó un artículo que resume y
describe la situación producida alrededor de la muerte del fiscal Alberto
Nisman, publicado en Telesur English. Lavaca edita ese trabajo por
primera vez en castellano y en un medio argentino, compartiendo la
pregunta que formula Adamovsky: ¿A quién le importa la verdad?
El 18 de enero el fiscal argentino Alberto Nisman fue encontrado muerto en su
departamento en Buenos Aires. Días antes había regresado de sus
vacaciones en Europa para presentar una impresionante e inesperada
acusación. Aseguraba haber demostrado que la presidente Cristina Kirchner y
el ministro de relaciones exteriores Héctor Timerman estaban orquestando un
encubrimiento para dejar libre de cargos a Irán en la investigación del
atentado de 1994 a la AMIA (el principal centro comunitario judío de
Argentina) que dejó 85 muertos. Presentó sus pruebas (un reporte de 289
páginas de largo) a un juez federal, que no pudo revelar su contenido porque
mencionaba nombres de agentes de inteligencia argentinos. La oposición
convocó a Nisman al Congreso a presentar sus hallazgos. La reunión,
programada para el 19 de enero, no se llevó a cabo, ya que Nisman murió
horas antes.
En la polarizada vida política argentina, el caso fue utilizado inmediatamente
con fines políticos. Los principales diarios y canales de televisión, enemigos
del gobierno, sembraron dudas sobre las circunstancias de la muerte de
Nisman, sugiriendo que fue asesinado o inducido al suicidio en un esfuerzo de
último minuto para impedir su presentación en el Congreso. Políticos de la
oposición inmediatamente echaron a andar teorías similares. Cientos de personas salieron a la calle con carteles diciendo “Yo soy Nisman” (o “Je suis
Nisman”, como un eco de las manifestaciones por Charlie Hebdo), culpando al
gobierno por la muerte de un hombre honesto que había destapado sus sucios
secretos. “Yo soy Nisman” se volvió
trending topic
en las redes sociales,
mientras que intelectuales y periodistas anti kirchneristas proclamaban que el asesinato/suicidio inducido de Nisman simbolizaba la muerte de la República
bajo la administración de los Kirchner. Historias similares pronto se
reprodujeron en la prensa internacional, que usó el caso como otro ejemplo de
la amenaza fantasma del
“populismo” latinoamericano
y para otros propósitos
(como
atacar a Obama
por su acercamiento a Irán).
Los representantes del gobierno respondieron torpemente, al principio
apurándose a declarar que era un caso de suicidio (antes de contar con
análisis forenses) y poco después alegando, sin ninguna prueba, que fue un
homicidio ordenado por una oscura alianza entre agentes de inteligencia y los
dueños de
Clarín
, el principal multimedios de Argentina. En esta explicación,
el propósito del crimen era desestabilizar el gobierno de Cristina Kirchner: en
un principio los asesinos impulsaron a Nisman a presentar una absurda
acusación contra la presidente y luego lo mataron, para hacerlo parecer un
homicidio político. Algunos de los intelectuales y periodistas oficialistas
proclamaron que la muerte de Nisman era parte de un intento de
golpe de
Estado
orquestado por Estados Unidos.
La manipulación de la información, que ya era epidémica en Argentina,
alcanzó proporciones asombrosas, ya que muchos intentaron sacar su tajada
política o personal. Los diarios publicaron información poco creíble o falsa
(como
la noticia de
Clarín
que indicaba que una fuente ...
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