La Noche

No sé qué tan fuerte corrí esa noche, aunque claro está que fue lo suficiente para que la policía me atrapara. Después del juicio, dos años estuve en cana por culpa del desgraciado que me dejótirado, tirado y corriendo de los ratis por la avenida del sur de la ciudad. El muy infeliz no espero a que me subiera al carro y decidió sólo salvar su pellejo. Y sí, el Negro, como le decían sus soldados,aparte de que fuera un falopero muerto de hambre, era un desleal.
Aquella mañana, en la que sonó mi celular, sentí que algo iba a suceder, algún infortunio, pero qué malo va a suceder si te llama elNegro para ofrecerte incautar más de 30 kilógramos de la blanca a la familia Errázuriz, connotada familia de políticos de la ciudad. Y es que éstos sí que saben de la blanca, sin embargo, les faltacalle, mucha, mucha calle. Cómo tan desafortunado iba yo a ser, si el quitarles la droga aumentaría mi bolsillo en varios ceros.
Como de costumbre hice caso omiso a mis intuiciones y partí detrás deldestino, el mismo que cantó para mí, el mismo que dijo que no lo hiciera. Aunque la intuición existía, no me inquieté demasiado y preparé todo como se debía, tal como lo hacemos los criados en elasfalto. Al grano, agresión a los guardias, manos al cielo, quitada de droga y operación exitosa, bueno, casi exitosa, porque cuando lo adquirido en el barrio se impone dentro de tu mente, dejando de ladolo que uno sabe que va a suceder, listo, sucede. Tremendo canazo y nada que hacer, nada que alegar, mas dos años no son molestos cuando los usas para planear la venganza.
Mi privación de libertadfue fructífera, más de lo que deseé. Apenas fui liberado, me puse en contacto con Guillermo, proveedor de drogas y armas del sector norte de la ciudad. Guillermo era un hijo de papá, adinerado y con unnegocio que lo acreditaba de gangsta, para mí sólo un invento del dinero, un aplasta poblaciones. Entré a su casa y me retiré de ésta con 9 milímetros de fierro entre mis pantalones.
Ya tenía el...