La Paradoja Del Gobernante Filósofo En La República De Platón. Verdad Filosófica Y Bien Moral

28/06/2012
La República de Platón.
Análisis del Libro VI en torno a las Controversias sobre la figura del gobernante filósofo: La vinculación entre la verdad filosófica y el bien moral.

Introducción.

Quisiéramos abrir esta exposición trayendo a cuenta un momento que consideramos clave para abordar algunos de los problemas surgidos en el Libro VI, sobre los que desarrollaremos nuestroanálisis.

Cuando Adimanto le plantea a Sócrates la pregunta por la justificación de la legitimidad de los filósofos como gobernantes de la ciudad. Así, entre 487d y 487e, dice:

“[…], todos aquellos que, después de haberse lanzado a la filosofía y haberla abrazado en su juventud para completar su educación, no se desprenden de ella después, sino que perseveran por largo tiempo en esteejercicio, resultan en su mayoría unos individuos del todo extraños por no decir del todo perversos, e inclusive los que parecen ser más sobresalientes, no experimentan otro estado del estudio que es objeto de tus loas, que el hacerse inútiles para servir a la ciudad”1.

Ante lo que a continuación formula la pregunta:

“¿Qué fundamento puede tener la proposición de que no cesarán los males de lasciudades mientras no manden en ellas los filósofos cuya inutilidad en ellas acabamos de reconocer?”2.

El siguiente pasaje corresponde a una de las objeciones que Sócrates recibe por proponer la figura del gobernante filósofo y expresa el sentido inicial de la consideración de este como “amante de la verdad” desde un sentido, que aunque resulta admisible a los interlocutores, para inicialmente semuestra inviable y contradictorio.

                                                            
1

 Gómez Robledo LR 487d.   Gómez Robledo LR 487e. 

2

Parte del mismo Sócrates la consideración inicial que distingue entre los ámbitos el de la opinión, y el conocimiento. El primero como el mundo de apariencias, sombras y reflejos. Lo inestable que no podría ser conocimiento pues este nose corrompe en el cambio. Un segundo ámbito, el del conocimiento, como terreno de la verdad y la necesaria unidad, eterna e inmutable, que propiamente sería el dominio de definición de la figura del filósofo. Desde esta consideración inicial que separa el ámbito de la verdad y el de la opinión de manera definitiva es que Sócrates postula al filósofo como único candidato legítimo para el gobierno dela polis. Pues no hay otro que cuente con el conocimiento de las cosas verdaderas, que en su alma se han formado como un paradigma necesario para reproducir la justicia, la belleza y el bien en este mundo, un orden político basado en que a través de las leyes ordenarán la vida de las ciudades.

Sin embargo esto despierta dos críticas centrales, que servirán de motivo para la aclaración de laverdadera naturaleza del saber filosófico.

Primero, se pone en duda la legitimidad de quien, al parecer, no tendría porque tener un interés por el ámbito de la política pues, este se encuentra en el mundo de lo aparente, y el deseo del filósofo sería ante todo abocarse al mundo de lo inteligible. Una segunda objeción formulada por Adimanto, refiera al cuestionamiento de su capacidad para conjugarel conocimiento de lo verdadero y la experiencia necesaria para el gobierno de la ciudad. Es decir, la referencia a la inutilidad de su saber para las tareas políticas de gobierno.

Sócrates deberá apuntar a resolver las controversias de su propuesta a través de la investigación de las posibilidades de confluencia en la naturaleza filosófica de el conocimiento de la verdad en su sentidoracional y en su sentido de bien moral, para así justificar las competencias del gobernante filósofo como la figura superior para el gobierno d la polis.

El conocimiento y la trasformación del alma

La convicción de Sócrates sobre la equivocada concepción que se tiene de la educación, a la manera de los sofistas, se representa en la alegoría de la caverna en cuya breve introducción nos dice:...