La piel de zapa
Por lo pronto, ha de dejar el sombrero, y, ya, desde el principio surge otra característica de este autor: la ironía: “Cuando entráis en una casa de juego, empieza la ley por despojarosdel sombrero. ¿Será una parábola evangélica y providencial? ¿O más bien un modo de cerrar con vosotros un trato infernal, exigiendo alguna prenda?”
Y es así, porque el joven, sin tener mucha conciencia de ello, acaba de traspasar no sólo la puerta del Palais- Royal, la casa de juegos, sino que inicia su descenso hacia el infierno, hacia la parte oscura y misteriosa de la vida.
Y si entrócon poco, sale con menos: “Caminaba cual por un desierto, entre los codazos de gente que no veía y sin escuchar entre los clamores populares sino una sola voz: la de la Muerte.”
Pero, no, no se preocupen, porque a nuestro joven aún le queda algún principio moral, y no va a morir de día, ‘morir de día le pareció innoble y decidió morir de noche” y eso le salvará, por ahora, la vida.
Porque enlugar de tirarse al Sena, entra en una de esas viejas tiendas de anticuario, donde encuentras un poco de todo, donde los sentidos se pierden y, viéndolo todo, acabas viendo confusión y vida pasada. Todo pasa ante sus ojos como en una especie de torbellino y mezcolanza: momias, cocodrilos, ébanos tallados, vitrales de iglesia, un jarrón de Sèvres, unos bustos, tazas de porcelana china, bomboneras dela Edad Media, retratos flamencos “Era aquel como un vertedero filosófico en el que no faltaba cosa alguna…”
Y entre aquellas cosas tan dispares, el joven encontrará algo misterioso, extraño, que marcará todo lo que le queda de existencia.
El viejo dueño (a quien Balzac caracteriza como al más típico anticuario que imaginarse pueda o quizás es que el más típico anticuario que imaginarsepueda le deba su descripción a este viejo de Balzac), sea como fuere, el hombrecillo ofrece a nuestro amigo (¿cómo se llama?, por ahora, ni nombre tiene) algo que le hará desistir de su previsto suicidio nocturno.
El objeto es un talismán, un simple talismán, ¿y cómo hará un talismán para retirar de la cabeza de este joven entristecido y empobrecido tan tremendo destino?
Pero no es un talismáncualquiera, se trata de una piel de zapa (chagrin, en el original francés), del tamaño, más o menos, de la piel de un zorro, extrañamente brillante, con una impresión en la parte trasera. “Esta es la huella del sello que los orientales llaman el sello de Salomón”
Extraño sello que no puede ser borrado y que, traspasa, incluso, la misma piel. Y en el sello una sentencia, que resumen, en realidadel resto de la novela:
“Si me posees, lo poseerás todo, pero tu vida me pertenecerá. Dios así lo ha querido. Desea y serán cumplidos tus deseos. Pero regula tus deseos según tu vida. Ella está aquí. A cada deseo tuyo, menguaré yo como tus días…”
E igual que vemos a Fausto o a Dorian Gray firmar un pacto con fuerzas maléficas, Rafael, y por fin el estudiante en bancarrota consigue tener unnombre (al mismo tiempo que la piel), firma un pacto con ese trozo de zapa. No del todo muy seguro de que aquello que le promete sea cierto, pero, cuando uno no tiene nada que perder, todo lo que puede ganar es mucho. Al menos eso parece pensar él.
Y nada más salir de la tienda del anticuario, además de conseguir un nombre, se encuentra con un grupo de amigos (entre ellos el famoso y...
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