La Soledad De America
I. Datos fabulosos de una crónica de las Indias.
II. Conquistadores. Latinoamérica es fabulosa. La fiebre de oro.III. Datos sobre presidentes latinoamericanos pintorescos del siglo XIX.
La realidad de América latina durante el descubrimiento, la colonia y la independencia ha estado marcada por la violencia así a muchos les parezca fruto de la imaginación. Pero esta violencia no ha acabado ahí: los últimos años han sido testigos de cómo aún la locura y la violencia desenfrenada ha teñido de sangre nuestrahistoria, ya manchada anteriormente, acabando con más vidas humanas de las que es posible concebir la imaginación del hombre europeo.
Esta realidad puede que haya sido el motivo más importante –incluso más que la realidad literaria- para que hoy la Academia Sueca de las letras le haya convocado. Una realidad que está presente en la cotidianidad de nuestra vida y que es una inagotable fuente deinspiración para todo el pueblo latinoamericano, cuya imaginación no ha sido causa de problemas, sino lo poco convencional de nuestra vida ante los ojos del pueblo europeo que aun trata de buscar similitudes entre los talentos de ambas partes, olvidando que no nos ha marcado la misma historia. Es esto lo que hace solitario al pueblo latinoamericano, que solo pide un poco de solidaridad de parte delpueblo europeo a la hora de vernos del otro lado del océano, para que puedan comprender asi nuestros sueños marcados por dicha reali
dad.
Pero muchos pensadores europeos han hecho utópico pensar el hecho de aceptar nuestra realidad e integrarse con esta sociedad golpeada tanto por la violencia, esta sociedad que lucha por un mejor mañana, olvidando que su pasado ha estado también marcadopor esta violencia, aumentando así el tamaño de nuestra soledad.
IV. Guerras civiles y opresión en América Latina del siglo XX.
V. Exiliados latinoamericanos.
VI. El premio es para la realidad latinoamericana. La literatura se basa en la realidad.
VII. Europa no sabe interpretar la literatura latinoamericana y debe estudiar su pasado.
VIII. Los intelectuales europeos deben apoyar a ciertas...
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