La ultima gota
Aquella mañana, parecía ser como cualquier otra, la ciudad despertaba lentamente, las luces de neón desaparecían y las marquesinas se iban apagando como velas que se consumen,los trasnochadores huían de los primeros rayos del sol, y el sonido de la gran ciudad, iba creciendo a cada momento como un palpitante corazón, que activa su ritmo, ante el esfuerzo, físico, sinembargo, no sería como cualquier otra.
Las amas de casa que lavaban trastos y ropa, notaron que el chorro de agua que fluía incesante por el grifo decrecía y se apagaba.
La comida estuvo tarde, lostrastos no pudieron lavarse, en la calle no se vendió comida, y los puestos de aguas frescas, agotaron sus existencias, los sanitarios se empezaron a convertir en un problema, pero a pesar de todoaquello existía la esperanza, VOLVERA, pensaban. El tercer día, todos asistieron al trabajo, sin bañarse.
Juan Manuel Los transportes y las oficinas, olían mal, y muchos restaurantes tuvieron quecerrar, y los enfriadores, así como los equipos de aire acondicionado, no trabajaron, en los supermercados, las latas de juego, de conservas, y los refrescos, se agotaron en las primeras horas de lamañana, por supuesto escaseó la leche, hasta desaparecer, en las calles empezaron, a quedarse detenidos, algunos automóviles por falta de líquido, el tránsito para las primeras horas de la tarde, sedetuvo por completo, el agua no volvía, la gente pensó en todo para conseguir el vital líquido, secaron los tinacos con esponjas, sacaron el agua de los radiadores de los vehículos, rompieron tuberíaspara chupar hasta las últimas gotas, y por último, recurrieron a las alcantarillas y las coladeras, a los charcos y a las zanjas.
Y por las carreteras, se veían miles de personas, emigrando a otrasciudades, con la esperanza de encontrar agua. No haba luz, ni servicio en los teléfonos, las comunicaciones estaban interrumpidas, por el personal que abandonada sus puestos no había vida posible,...
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