La vida de don Juan

UN PUEBLO MAGICO

Desde el inicio, el deseo por recrear sueños y vidas ajenas ha sido mi motivo para querer hacer cine, y en ese deseo siempre van incluidos muchos aspectos; pasando por lospersonajes, y con ellos los actores, sus vidas, sus emociones, y sus diálogos, imaginándome la música que los rodea, los colores de las imágenes, y por supuesto el lugar donde se encuentran.
De todos loslugares colombianos el lugar que con más frecuencia pasa por mi cabeza en los momentos donde me sorprendo a mí mismo imaginando películas es Barichara, un pueblo mágico por donde se le vea. Esepeculiar color rojizo que le envuelve, la mezcla entre barro y piedra de sus construcciones, ese sentimiento histórico del pueblo y de la gente, las bienvenidas alegres de los niños, los relatos llenos deorgullo de los jóvenes, y desde mi punto de vista, lo más bonito, los saludos y miradas de un revuelto de amabilidad y desconfianza de los más viejos. Ese dejo de resentimiento al envejecer, la sequedady la ausencia de ternura de los viejos patiamarillos, pero la abundancia de cariño después de abrir un poco la puerta a los que llegan de visita.
La cantidad de sorpresas de puertas para adentro,donde se pueden encontrar desde sofisticados restaurantes de comida española o italiana hasta pequeños salones con máximo tres mesas donde una señora canosa y arrugada sirve comida típica de laregión, artesanos generacionales de piedra, papel, cerámica y barro, artistas de las ciudades buscando inspiración, hostales y posadas solitarias para quien quiera estar como en una casa de familia, un parde tiendas de pueblo, un par de panaderías que entre si son competencia y tiendas donde venden los productos hechos en casa.
Por lo menos diez capillas diferentes a lo largo y ancho de lasinclinadas calles, un cementerio con cientos de tumbas en desorden con verdadero aire de muerte, y los grandes paisajes desérticos y amarillos junto a las montañas verdes llenas de vida que enmarcan el...