La Vida De Monsenor Eladio Acosta Cjm

EL HOMBRE, EL SACERDOTE EUDISTA, EL ARZOBISPO

ELADIO ACOSTA ARTEAGA

RELATO

Gerardo Velásquez Morales CJM
2012

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CONTENIDO

Familia, preparación académica, desempeño profesional
1916-1944 (28 años)

Formación sacerdotal eudista
1944-1949 (5 años).

Servicio sacerdotal eudista
1950-1970 (20 años)

Ministerio episcopal
1970-1992 (22 años)

Itinerario final
1992-2012 (20 años)

2Presentación.

El intento de interpretar la aventura vital de una persona, de
aproximarse a las vicisitudes de su camino, de contextualizar sus
compromisos, de valorar sus éxitos y sus fracasos, de comprender
sus fortalezas y flaquezas, eso es lo que aquí llamamos “relato”.
No es, pues, la fotografía de un proceso humano cuyo dinamismo
y versatilidad es incontrolable. Porque el relato no pretende
agotar loinagotable y rastrear lo irrastreable. La fascinación de un
personaje crece en la medida en que crecen las variantes de su
vida, cuando se multiplican los retos que afronta y las soluciones
que ofrece, y cuando navegando en un mar turbulento y
amenazante demuestra pericia, audacia e intrepidez.
Hay que repetir esta premisa: el protagonista del relato no es un
ícono bizantino hierático, ni un mosaicotrabajado con fragmentos
fríos. Es un ser humano, no un extraterrestre ó un ser angelical,
dotado, mental y espiritualmente, para crearse a sí mismo y crear
su mundo. Está en las trincheras luchando diariamente por
construir el proyecto del Reino de Dios en la sociedad humana,
sin aceptar claudicaciones ni imponer humillaciones. Es un
hombre creador y creativo. En este sencillo relato heintentado
descubrir al hombre, al sacerdote eudista y al obispo Eladio
Acosta Arteaga como un ser humano que se esfuerza por lanzar su
barca mar adentro, encarando riesgos, superando tentaciones,
sometido al fuego purificador de los compromisos; en fin, un ser
humano que con audacia y sensatez aprendió el arte de morir
porque tuvo el coraje de vivir.
Este sencillo trabajo es apenas un complemento (ósuplemento)
de los escritos de testigos más cercanos al arzobispo Eladio. Es el
momento de recordar y agradecer a monseñor Nicolás Gaviria
Pérez, infatigable compañero de la misión pastoral; a monseñor
3

Benjamín Pardo, su oportuno y eficaz colaborador en el
seminario. Gracias también al padre Genero Moreno P. y a otros
los sacerdotes de la diócesis de Santa Fe de Antioquia por sus
valiosostestimonios. Finalmente gracias a la Hermana Myriam
Acosta por los inestimables aportes sobre la juventud y la fase
final de monseñor Eladio y por la generosidad en ofrecerme sus
archivos fotográficos.

Gerardo de Jesús Velásquez M. CJM
Medellín, 25 de marzo 2012.

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Preludio

De vez en cuando a los individuos de una sociedad se les ofrece
la saludable oportunidad de mirarse a sí mismosprecisamente en
el momento en que uno de ellos desaparece. Y no se trata de una
mirada narcisista, de una vanidosa autocontemplación sino de una
reflexión honesta y crítica sobre su vocación y su misión, una
especie de mirada retrospectiva sobre los compromisos personales
y comunitarios. Todos sabemos que, en su curso, la vida humana
está jalonada por momentos de lucidez y expuesta a sombrías
épocas deincertidumbre. De eso se nutre toda historia humana. Y
entonces la aparición y particularmente la desaparición de alguien
que en buena medida ó de manera admirable encarnaba lo mejor
de esa sociedad es como un campanazo que puede despertar a los
dormidos, estremecer a los engreídos, dinamizar a los cansados y
confortar a los comprometidos.
Pues bien, la desaparición temporal de nuestro cohermano
EladioAcosta Arteaga le brinda a muchos y, en particular, a los
miembros de la Congregación de Jesús y María, la oportunidad de
una saludable reflexión y autocrítica. Que quede claro que los
eudistas no queremos recaer en el delirio de elevar a los altares
de la mitología a quienes compartieron con nosotros las
peripecias de la vida diaria, con nosotros sufrieron el viacrucis de
la vida sacerdotal,...