La vida es un sueño
Francisco, Francisco es mi nombre, quería decirlo antes deseguir. Si os preguntáis cómo soy, pues ahí va: soy un hombre mayor, bueno un hombre viejo, hay que ser realistas. Soy como cualquier otro hombre viejo: pelo blanco, la cara llena de arrugas, lasarticulaciones invadidas de artrosis, todo el cuerpo dolorido… vivo con una señora que se ocupa de cuidarme… Mi mujer murió hace treinta años, Laura era su nombre, menos mal que eso lo recuerdo, porque elAlzheimer…
Esto no quería decirlo, pero me veo obligado por las circunstancias: ¿Os acordáis de la señora que me cuida? Pues me ayuda a ir al baño. Y si queréis saber cuántos años tengo, son 87, ysí, sé lo que estáis pensando:
¿Cómo un nombre tan joven y esbelto es incapaz de ir solo al baño?
Pues yo también lo pienso.
Bueno, vamos al grano que pierdo el hilo. Hace diez o doce años, a lomejor incluso veinte o más, el galeno de tres al cuarto… digo el honorable Doctor en medicina y anatomía, de cuyo nombre evidentemente dejé de acordarme, me diagnosticó el Alzheimer. Claro, me llevé ungran disgusto, ¡qué digo gran disgusto!, ¡un enorme disgusto! Mi mujer se muere y además tengo Alzheimer… mi vida era despreciable, no podía más, me quería morir.
Aquel año, 1983 –lo sé porquelo tengo apuntado-, el de la muerte de Laura, fue el peor año de mi vida y además, por una extraña razón, el que más rápido se me pasó. Ella era mi vida, lo era todo para mí. Ella me cuidaba, memimaba, me acompañaba en la aventura de la vida… era mi verdadero ángel de la guarda.
Tiempo más tarde, salió a la venta un libro escrito por un tal Francisco García, del que todo el mundo hablaba,su título… ¡bueno! ¡ni idea!, pero al parecer era excelente y estaba cambiando el mundo, la vida de las personas, los gobiernos… A mí no me importaba porque mi ángel ya no estaba, pero se siguió...
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