lagrimas de sangre

Noche de viernes, el joven Marcelo encuentra a su madre con la cara destrozada por una
paliza más de su padre. Pero esta vez todo ha ido muy lejos y Marcelo introduce una navaja
en el bolsillo del pantalón y sale de casa para matar a su padre. Pero encontrarlo no va a ser
fácil, Marcelo deambula en su Vespino por la ciudad preguntando a colegas y conocidos por el
paradero de su padre, perotodos, es confusión y silencio.
A Marcelo la noche se le hace larga, tanto que le dará tiempo a querer romper con Clara, su
novia, e intentar un rollo con Lourdes, la cajera del supermercado que tanto le obsesiona.
Menos mal que la negativa de Lourdes le hace recapacitar y volver con Clara.
Por fin y tras mucha búsqueda, Marcelo encuentra a su padre en casa de Maru, una prostituta.
El jovensaca la navaja para acabar con la vida del maltratador pero la intervención de Clara le
hará tomar la misma decicionElla asintió con la cabeza sin dejar su expresión de desconcierto, el doctor con su mirada indescifrable le explicó –pensé que era su esposa porque desde que llegó ese muchacho a pesar de su estado inconsciente entre delirios repite su nombre… creo que sería de gran ayuda que élsintiera que usted está cerca-

El rostro de Ahome no ocultó su desmedido asombro, no esperaba eso, bueno… no después de lo que le había hecho, a fin de cuentas lo de la serpiente era culpa suya ¿Por qué Inuyasha continuaba con ese capricho? A quien él realmente amaba era a Kikyo… ¿o no era así? Tal vez el médico se había equivocado –¿Está seguro que él dijo Ahome? ¿No sería más bien Kikyo?-preguntó involuntariamente sin pensarlo, cuando se dio cuenta de su acto sus mejillas tomaron un acalorado rojizo, eso demostraba que si era de su interés y Sango lo había notado aunque permaneció callada.

-Estoy completamente seguro de lo que digo- respondió el médico –Pero no está obligada a nada señorita, era sólo una sugerencia, ya que no puede acompañarlo más de una persona debido a su condiciónpensé que sería apropiado que lo acompañara la persona que él estaba llamando pero puede pasar cualquiera siempre y cuando sea una sola persona.

Miroku de inmediato se ofreció pero Ahome pidió ser ella la que lo acompañara, el médico le sonrió y la tomó amablemente de la espalda –debes respirar profundo y pensar en que todo va a mejorar…- le dijo mientras la conducía al interior de la habitación-¿Por qué le decía eso?- no entendió muy bien lo que el doctor le había dicho hasta que estuvo dentro de la habitación, Inuyasha tenía un lánguido semblante, los cercos de sus ojos se había oscurecido y hacían un fuerte contraste con el blanco pálido de sus rostro, sus labios habían perdido todo el color provocativo que solían tener y gotas de sudor se resbalaban por su frente aceleradas porun continuo temblor de su cuerpo. Se veía tan débil y vulnerable, nada que ver con ese hombre tosco y salvaje que la había lastimado. Sintió un nudo en su garganta, sus ojos se humedecieron pero contuvo las lágrimas, no podía arriesgarse a que el médico pensara que estaba impresionada, luego de ver a Inuyasha mucho menos permitiría que la separaran de él.

Después de una larga charla de lasnormas que debía seguir para estar dentro y lo que debía hacer si se presentaba algún tipo de anomalía el médico se fue, Ahome permaneció de pie un buen rato junto a Inuyasha, estaba tan quieto, su rostro reflejaba mucho dolor pero aún así dormía, aunque sabía que era casi imposible que lo hiciera no se atrevía a tocarlo por miedo a que despertara, entonces se quedó contemplándolo, detallando cadacentímetro de su cuerpo, nunca había podido hacerlo con tanta libertad sin ser acosada por su penetrante mirada la cual la intimidaba infinitamente… Debía aceptar que era muy atractivo, a pesar de que su imagen estaba bastante demacrada seguía siento muy apuesto, su largo cabello negro, sus cejas tupidas y oscuras, sus perfectos labios y sumándole su atlético y dorado cuerpo… Demonios!!! Sus...